Soul of music.


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astrid.rhys.jones@hotmail.com

viernes, 30 de abril de 2010

Aquí y ahora

¡Ya estoy buscando vestido de boda! Of course, no soy yo la que se casa, sino Edurne. Bueno, en un futuro. Su novio le a regalado un precioso anillo de compromiso. Está emocionada, feliz, el mejor regalo que le han hecho nunca dice. Me alegro por ella, se nota que lo quiere y que él la quiere. Y es que una promesa así no se le hace a cualquiera ni en cualquier momento. Decir que quiere pasar el resto de su vida contigo es algo que sueñan con oír miles de chicas en el mundo, y suspiran cuando a otra se lo dicen. Envidia, envidia sana supongo; claro.


Pero no todas suspiramos, yo por ejemplo. Que me alegro muchísimo por ella porque realmente ha encontrado lo que buscaba, es indudable, pero desde luego yo me aterraría si me pasara eso. Soy así. ¿El resto de su vida conmigo? Uff son cosas que ni después de una botella de vodka y diez chupitos de ballantines sería capaz de oír sin salir corriendo. Sí, ante semejante declaración, incluso en esas condiciones sería capaz de huir en menos tiempo de lo que él tardaría en arrodillarse.



Porque yo no quiero un anillo. Ni un collar, ni nada de eso. No, no. Prefiero por ejemplo entradas para un concierto de mi grupo donde poder gritar y saltar como loca a su lado. Habrá quien diga que el anillo es para siempre, y el concierto se acaba. Pero se equivocan, el recuerdo perdura por siempre. Además, yo no quiero promesas de futuro ni sueños de princesa. No quiero que hipoteque su vida prometiéndome estar a mi lado por siempre ni un chalet a las afueras de una ciudad, con jardín, perro y toda una tropa de niños. No. S


Yo quiero que me regale un beso que me quite la respiración hasta que se me queden los labios azules. Una fiesta sin fin donde cada noche vuelva a conocerme. Quiero aventura; día y noche. Que cada mirada resulte algo nuevo, que la rutina nunca nos atrape porque nosotros vamos más rápidos en moto y que cada vez que nos veamos sea como el primer día.


Quiero que lo vivamos al minuto, al segundo, al momento. Que no haya ni un pasado ni un futuro, solo este presente; porque no podemos saber cuando terminará. Que saboreemos cada instante como si fuera la mejor copa que ha tomado en toda su vida. Que nos fumemos nuestros besos y caricias con la intensidad con que lo hace aquel que da la primera calada. En definitiva, no quiero que hipoteque un futuro, quiero que me ofrezca un presente. Al fin y al cabo, es lo único seguro. El aquí y el ahora.



martes, 27 de abril de 2010

Pour mon amour: C´est fini.

C´est mon petit hommage por l´amour de ma vie. J´ecrit en français (mal, naturalment)parce je sais qui c´est la langue de son coeur. Je sais, aussi, qui el ne lira pas mes mots mais je nécessite ecrire cet pour continue avec ma vie. Meme ainsi...


Je sais qui je t´aime, je sais qui je t´adore. Mais je souffre avec ton silence, avec ton affront. C´est por cela que c´est fini, mon amour. Mon coeur ne peut pas supporter plus douleur. Je m´ai rappelé qui je ne pouvais aimer déjà...


C´est por cela que... C´est fini.
Gracias por curarme de mi estúpida obsesión por el amor...

lunes, 26 de abril de 2010

Soluciones al calor

Aunque estamos en abril para mí ya estamos en verano. Ni primavera ni otoño. El año se divide en verano y en invierno, punto. La cuestión es que hoy uno de esos días en los que desearía estar de vacaciones para tumbarme en la playa al sol mientras me achicharro o pegarme un baño mientras babeo con los surfistas.

Pero como todavía me quedan unos cuantos días que tachar del calendario para tan esperado momento me tengo que conformar con pegarme una ducha rapida y salir al balcón a que me de un poco el sol mientras me fumo el cigarro de media tarde.

Después no queda otra que ponerse con todo el trabajo acumulado que he ido dejando desde que mentalmente empecé el fin de semana el miércoles pasado. Pero es que a una ya no la dejan ni trabajar, no. Es sentarme y el ordenador parece que echa humo. Empiezo a revisar el correo, algunos mensajes los leo y contesto, y otros los borro sin haberlo leidos siquiera. Pero soy una maniática, y cuando tengo el ordenador encendido el msn, tuenti y facebook quedan encendidos también. Y parece ser que hoy todo el mundo ha decidido que tiene algo interesante que contarme. Ya no sé ni a quién ni qué contesto. Pero la ventaja de ser mujer es que somos multitarea: podemos reirnos del chiste estúpido de un tío al mismo tiempo que buscamos la salida del bar que esté más cerca. Y de igual manera, somos capaces de dedicarnos a lo nuestro y mantener veinte conversaciones en linea.

Y por qué no. También veintiuna. Porque en una de éstas; vía messenger, mi forma preferida porque es la que más posibilidades da, me abren otra. Y ahí está. El sexo hecho hombre. Mi antiguo juguete. "Bah" pienso "así me entretengo un rato" (porque sí, soy capaz de aburrirme teniendo veinte conversaciones abiertas y horas de trabajo acumulado). Así que le contesto su saludo pensando en lo bien que me lo pasaba yo jugando con él, rememorando sus múltiples atributos... "¿Por qué lo dejé en la caja de los kens descatalogados?" me pregunto. La pantalla de la conversación se vuelve a poner en naranjita, la abro, leo su última gracia y entonces lo recuerdo: "ah sí, porque es imbécil."

Pero parece que el tío se esfuerza. Así que como recordar viejos tiempos no hace daño a nadie, le sigo el rollo y el tema se empieza a calentar. Ni siquiera ante mi negativa a poner la cam se desanima (primera regla al conversar por msn: la cam solo se pone si también te la ponen. Con contadas excepciones, y hoy él no es una).

Y ahí sigue dándome algo de conversación insustancial. No le estoy haciendo mucho caso pero empiezo a cuestionarme mi política de "imbéciles no". Ya ni siquiera lo parece tanto. Se me aparece el recuerdo de varios de nuestros encuentros borroso... borroso por el alcohol de esas noches, no porque no lo recuerde. Y él echa más leña al fuego mencionándolo. Joder, para qué negarlo, fue divertido; y así se lo suelto.

Ya no puedo concentrarme. Dejo el trabajo, me echo hacia atrás en la silla y cierro los ojos mientras sonrío rememorando su... emm, su anatomía. Le digo que vuelvo en dos minutos y voy al balcón. Enciendo un piti y le doy un par de caladas. Sigue haciendo un calor tremendo para ser abril. Vuelvo al ordenador.

"No puedo ir ni a la playa ni a la piscina... Y yo con este calor. Joder, definitivamente, algo tendré que hacer para solucionarlo" pienso mientras sonrío y le escribo alguna tontería por el msn.

Sí, todos los juguetes se vuelven a poner de moda en algún momento. Aunque sea por no pasar ya más calor del que impone el tiempo.

domingo, 25 de abril de 2010

Móviles y alcohol, no more

Dicen que hay tres cosas que comprobamos con angustia el día de después de una noche de fiesta salvaje, o de fiesta a secas:

La cara, el dinero que nos queda en la cartera y la bandeja de salida del móvil.

Y esto cierto al cien por cien. La cara y el dinero, a fin de cuentas son cosas remediables. El anti-ojeras y las gafas de sol hacen milagros y en cuanto al dinero, bueno, siempre puedes subastar una foto de tu cara del día después (sin maquillaje ni gafas) en ebay para sacar algo más de pasta. Pero lo que desde luego no tiene remedio es lo del móvil. Nada. SMS enviado, SMS que no tiene remedio. Por mucho que lo borres de tu bandeja de entrada... seguirá en la de otro u otra. Como prueba de tu borrachera y consiguiente error. Para avergonzarte por los siglos de los siglos... amén. Y es que con ciertas cantidades de alcohol en sangre, muchos números de la agenda deberían quedar restringidos:



  • Numeros de tus ex. No sabes hasta que punto puede entrarte la morriña y mandarle algo subidito de tono.

  • Novios, amantes o rollos actuales. Suele suceder que nos envalentonemos y echemos todo por la borda, los mandemos a la mierda y otros dramas varios. Esto suele ir acompañado con el consiguiente mensaje a algún ex...

  • Familia. Puede parecer extraño pero a las cinco de la mañana tu tía no quiere recibir un sms tuyo diciendole que haber si os veis por navidad... en serio, no quiere.

  • Amigos del sexo contrario. El alcohol provoca unos efectos muy pero que muy extraños en las personas, tales como que veas a la gente de otra manera... De una manera que antes nunca te habías planteado. Eso puede llevar a que acabes escondiéndote de tu amigo durante el mes entero siguiente.

En definitiva, todas aquellos números de personas que no sean tu círculo íntimo del mismo sexo (e incluso en algunos casos hasta estas) deberían quedar restringidos... La compañía que invente el móvil con alcoholímetro integrado se forra fijo. A mi ex se lo regalaría el primer día en que saliera, con una notita que pusiera "para dejarte con el calentón hasta por telefono"... Justo después de haberme agenciado uno para mi misma, claro.


Pero mientras esperamos a que alguna compañía por fin se decida a ello... Pocas soluciones nos quedan:


a) Tomárnoslo con humor.


b) Hacer como que nada de todo aquello a ocurrido.


c) Hacer que tus amigas te confisquen el móvil por la noche. Pero esto no suele funcionar porque las amigas en cuestión suelen llevar la misma cantidad de alcohol en sangre que tú, ahí sí que se puede decir que sois hermanas de sangre ¡todas llevais más vodka que globulos rojos! Total, que si eres de aquellas personas que borrachas son capaces de convencer a otras personas borrachas con argumentos tan persuasivos como "venga tiaa, que solo quiero mirar haber si me han llamado de movistar", lo más probable es que la amiga de turno acabe por darte el móvil y que incluso luego te pregunte haber si te habían llamado...


Obviamente entre estas soluciones no se incluye la de eliminar el consumo de alcohol, por imposibilidad de llevarse a cabo en un día de fiesta normal.


Pero bueno, si ya la has cagado, no te quedan muchas alternativas. Lo mejor es no rayarse. No rayarse y salir a emborracharse. Total, al igual que un clavo saca otro, una borrachera y sus consecuencias solo se olvidan con otra.




jueves, 22 de abril de 2010

Esclava del resto

Tú hablas, ella habla, él habla, vosotros habláis, ellos hablan... ¿y yo? Yo callo. A lo sumo, escribo. Porque no hay mucho que decir cuando el resto se ha encargado ya de decirlo todo. Se han encargado de todo, absolutamente todo. Tanto que yo no tengo ni que emitir opiniones, ya se emiten por mí.

Sería perfecto si fueran fieles a la verdad... pero no. Dicen que que somos dueños de nuestros silencios y esclavos de nuestras palabras, aunque no es del todo cierto. Somos dueños de lo que el resto interpreta sobre nuestras palabras. Y la etiqueta que nos cuelgan.

No. Es verdad. No soy una princesa, no llevo una corona, no me interesa que me acompañes hasta el portal. Prefiero leer o jugar al poker antes que ver un programa de cotilleo. Canto a grito pelado con una voz que es de todo menos angelical. Y soy una de las personas más desordenadas del mundo. No busco un cuento de hadas simplemente porque hace años encontré uno y resultó un cuento de terror donde todo dolía demasiado. Odio la frivolidad. No me gusta llorar en público porque me hace sentir desprotegida. Pero...

Sí. También es verdad. Soy una mujer. Adoro leer, bailar y reír. Fumo y bebo porque me gusta. Hablo con quien quiero y escucho; escucho a aquellos que quiero. La música me hace sonreír, tarareo hasta de dormida. Y también, como a muchas mujeres y hombres, me encanta ir de compras. La ropa, los zapatos, el maquillaje,... en fin, son parte de mí, pero no lo suficientemente grande para que resulte frívola. Hago las cosas más extrañas del mundo, pero solo porque sé que me van a hacer feliz. Odio que se me infravalore y se me juzgue sin conocerme, porque no soporto los prejuicios.
Soy feliz siendo quien soy y estoy satisfecha conmigo misma. Es más, estoy orgullosa de ser lo que soy...

Hasta que alguien lo ensucia. "No eres una princesa, no eres mujer" parece ser el lema. No cuentas, no vales. Duele y mucho. Porque nací mujer y estoy orgullosa de ello, pero eso no supone que tenga que cruzar las piernas cada vez que me siento o mirarme las uñas como si fuera lo más importante en este mundo. O aún más, que tenga que buscar algo que realmente ya no quiero. Porque una mujer tiene que buscar al amor de su vida, casarse y tener hijos... O eso dicen. Y si no quieres eso, es que tú... tú no eres una mujer. Entonces ¿qué soy? ¿Un hombre?

Me río. Es gracioso. ¿Yo pensar como un tío? Es una broma. Tengo humor, adoro el humor. Pero los días pasan y "algo" hace que esa broma se convierta en etiqueta. Algo que pesa. Que pareces llevar marcado en la frente, como un tatuaje. Y duele como si te estuvieran clavando ahora mismo la aguja... Y no parece haber suficientes lasers para borrarlo. Te estigmatiza. Te hace esclava. Esclava de un supuesto. Esclava de esa opinión, del resto.

Nunca más serás esa chica que adora reír, bailar y leer. O que fuma. O que se compró ayer unos zapatos nuevos y escucha esa otra música. No. A partir de ahora serás solo tu etiqueta. "Como un tío". Y serás de ese grupo. Tu opinión como mujer queda invalidada ("Astrid no cuenta, que está con los tíos") y eso te aplasta. Aplasta tu feminidad, lo que siempre has sido, lo que ves en el espejo y tanto te gusta. Y aunque son tonterías, tonterías que en realidad sabes que no son ciertas... Duele. Pero no lloras ni te quejas. Algunos dirán: "claro, porque eres como un tío". Pero no. Ni lloro ni me quejo, porque si lloro me siento desprotegida y se me corre el rimel, y no me quejo porque entonces dirán que estoy "poniéndome gallito... como un tío".

miércoles, 21 de abril de 2010

y él dijo: hoy quiero esa barbie

Nos falta la caja, el plástico de delante; y esos alambres que les ponían (y seguirán poniéndoselos) en los tobillos, las muñecas y alrededor del cuello y la cintura para tenerlas bien sujetas. Sí, es lo que nos falta para ser barbies.

Todas expuestas como en un gran supermercado esperando a que venga el niño caprichoso a comprarte. Y te compra. Te compra con halagos, miradas y sonrisas. Y te dice que dentro de poco estaréis juntos. Que pronto jugará contigo. Pero que de momento tiene que jugar con otra. Y tú esperas, olvidada en el baúl a que él se canse de esa otra. Y por fin llega el día. Pero... No. Parece ser que la otra tiene ahora un nuevo accesorio, un nuevo vestido, un nuevo descapotable a juego. Vamos, que viendo que iba a irse a jugar con otra, por fin ha cedido y está dispuesta a arrodillarse delante suyo y bajar con sus besos más allá del ombligo de él, o ha descubierto que de repente no le parece tan malo agacharse a recoger cosas delante de la cam...

La cuestión es que tú no llegas siquiera a salir del baúl. Y te resignas. Y cuando ya te has resignado, ¡zas! Algo ocurre y él deja de jugar con ella. Busca en su agenda de teléfonos, y te encuentra a ti, muñeca inocente, en su baúl...

Y hoy me queda la duda de si Áfrika, recien sacada del baúl, jugará con él. Dice que hablará con él, y yo le pregunto:

-Ya... hablar del tipo: hablo con él como amigos por el msn pero ya está, o... ¿oye vámonos a hablar a esa calle sentados en un banco durante la noche?

Porque la diferencia es brutal. En los dos casos va a haber lenguaje, solo que de diferente tipo... Áfrika se ríe. Tanto Ela, como Áfrika, como yo, sabemos que Áfrika, en el fondo, ya lo ha decidido, jugará con el niño si él quiere... ¿o no?

Bueno, tiempo al tiempo. Ya se verá. Como le decía a Ela, en esta situación yo veo tres posibilidades: Líate con él y carpe diem, vive la vida. O ni lo toques, no te merece, te ha tratado como una mierda. O... Juega. Juega a que realmente quieres algo, juega a que lo vas a llevar al séptimo cielo y cuando la cosa empiece a calentarse... Chao. Dile adiós y déjale con cara de gilipoyas. Enséñale que barbies hay muchas, pero mujeres no tantas. Acaba de perder a una.

Yo tengo claro porque opción optaría. Supongo que soy una una mujer mala y cabrona (¡gracias!), es todo un halago. Pero yo no soy Áfrika. Y ella tiene que elegir, y elija lo que elija hacer, haya o no haya kens por medio, si la hacen daño, si no se lo hacen y acaba casándose... siempre me tendrá aquí. Es lo que tienen las hermanas y barbies. La unión siempre hace la fuerza... ¿Por qué os creíais si no que había tantas barbies y tan pocos kens?

martes, 20 de abril de 2010

¿Donde dejaste tu corona? ¿Y tú las ganas de divertirte?

Llego feliz. La luna parece sonreír. ¿Adonde vamos? pregunto a las chicas. No escucho lo que responden, en realidad, me da igual. Vamos a salir y es más que suficiente. ¡Un par de tragos y allá vamos! ¿A beber más? ¿¡Y por qué no?!

Hago el tonto y me río. ¡Astrid tía...! Oigo por hay, bah si no lo hago ahora ¿cuando lo voy a hacer? ¿A los cuarenta? Sí bueno, entonces también. Llegamos a un bar. La música atronadora en los altavoces. El ambiente sofocante. Nos acercamos a la barra.

Hacemos un rápido recuento: dos cubatas, tres chupitos,... Bien, pedimos y el camarero nos sirve. Pagamos y vamos a una mesa. El alcohol calienta, y no solo el cuerpo, también las ideas. Y nos ponemos a jugar. Prueba tras prueba, trago tras trago, incluso la más tímida se suelta.

La gente nos mira sonriendo, les divierten las locas del bar, a casi todos por lo menos. Por ahí hay alguna y alguno que mira con condescendencia. Con ese maquillaje perfecto, el vestido ideal y los zapatos que dan vértigo. Con el pelo liso, o rizado, como en un anuncio de loreal y un vaso en la mano. Con la barbilla alta y una sonrisa de suficiencia mientras nos mira.

Y sí, quizás sean efectos del alcohol pero puedo leer la pregunta impresa en su cara: ¿Es que no tenéis verguenza? Me río y la miro directamente a los ojos, retándola a decirme que no nos podemos divertir así, a que me pregunte donde dejé mi corona o me diga cortante que estamos locas. Y desvía la mirada.

Quizás estemos locas, no llevemos coronas o hayamos perdido la vergüenza, pero en el mismo instante en que hemos cruzado nuestras miradas ella ya se ha dado cuenta: nos da igual. Y lo que es más, sabe que mientras nosotra vamos a estar descojonándonos toda la noche a ella esos zapatos ya le han hecho ampollas.

Todavía queda mucha noche por delante, pensamos; yo sonriendo y ella suspirando mientras mira el reloj.

lunes, 19 de abril de 2010

Ela: amigas-muñeca-camara-hablar-playa

Piensan que estoy loca, pero olvidan que soy feliz

La gente pasa y me mira con curiosidad. Algún atrevido incluso me lo pregunta ¿por qué sonríes? No sé, soy feliz; contesto. Piensan que estoy loca, y es verdad; pero soy una loca feliz.

Me gusta reir; reirme de mí, del resto y de todo el mundo. Hoy sonrío, los problemas no me pesan. Los aplasto con el tacón del zapato o los mando volando por la ventana de un soplo. Me lo han enseñado ellas. Las que son más que amigas, mis hermanas. Día tras día con un "Todo saldrá bien, Astrid", un abrazo, una mirada de comprensión, un momento escuchando mis desvarios o una simple broma; han conseguido animarme. Han hecho que me ría de mi misma, de mis problemas, de la propia vida y sea feliz.

Solo a ellas les he dejado cotillear e ir nadando hasta el rincón más profundo de mi corazón, echarme la bronca por la última idea absurda que se me haya ocurrido o peinarme como si fuera una muñeca.

Todo inmortalizado por alguna cámara. Días de hablar, cantar, bailar, reir, soñar, salir de fiesta, y sobre todo; de ser feliz. En cualquier sitio; la playa, un bar, nuestro rincón de siempre,... y al cualquier hora; un lunes por la mañana, el domingo de madrugada, el viernes por la noche,...

Hoy no dejo de sonreír. Me pongo unas gafas de sol y sonrío por la calle. Las gafas al igual que las ojeras de la última fiesta con las chicas, son pasajeras; los recuerdos, ellas y mi sonrisa... para siempre.

Múltiples interpretaciones, un único y desconocido significado

...Un beso significa amistad, sexo y amor, en cualquier parte del mundo no importa la religión...

Así decía la letra de alguna canción que ya no recuerdo, pero no es verdad, por lo menos no toda. No solo puede significar amistad, sexo y/o amor, no. Puede tener otros veinte mil significados: morriña, culpabilidad, simple instinto básico durante la borrachera,... En fin. Cada cual hace su interpretación pero por mucho que se puedan hacer miles de interpretaciones de un beso, la realidad es que solo tiene un significado. Aquel que le queramos dar. La gente observa e interpreta y saca sus propias conclusiones... las oigo y escucho, y algunas hasta quiero creermelas pero... sé que al final ninguna importa. Excepto la tuya y la mía. Sobre todo la tuya.

Daría el alma de Chuck Norris y la mitad de la mía, solo por saber qué fue... y sobre todo que será a partir de ahora. Creo saber que fue para ti como una de esas estrellas fugaces, que aparecen de la nada y brillan por un momento antes de volver a desaparecer para siempre. Que fue un día tonto, animado por el alcohol y el ambiente. Supongo que eso significó para ti. ¿Y qué puedo decirte yo si nunca he creido en la eternidad y sí en lo puntual? Nada. Solo que yo todavía tengo que buscarle mi propio significado, y que cuando lo descubra te lo diré... o no.

Como me gusta ser borde con quien se lo merece

•El: bueno ke tal el finde?

•Yo: bn [espero que viendo la escueta respuesta no continúe, pero nada]

•El: ke has echo?

•Yo: fiesta [...]

•El: con el novio?

•Yo: no [Tengo que tener novio para salir de fiesta y no me he enterado?]

•El: eske estas soltera? y con esa edad te dejan entrar allí?

•Yo: no m pidieron carnet [me escabullo a proposito, si de verdad quiere una conversacion no insitirá]

•El: novio? [sigue con el tema..]

•Yo: i a ti k t importa? [Me encanta ponerme borde con la gente que se lo merece]

•El: joe, solo kiero conocerte [¿que es eso que huelo en el aire? A sí, otra frase hecha barata de esas]

•Yo: ya claro, i lo mas interesante k se puede preguntar sobre mi vida es si tengo novio o no, en fin a gnte asi yo no kiero conocerla [simple verdad]

•El: ke os pasa a todas las tias con las ke hablo hoy? os ha entrado la regla de golpe? [¿¿¡que mierda tiene este tio en la cabeza!??]

•Yo: i a ti? TU UNICA NEURONA SE A VUELTO A PONER EN HUELGA?

•El: las secundarias si, la sprincipales no, si kieres te doy alguna aver si te estimulan la parte de ser amable con los demas [lo que me faltaba, ahora se me pone digno...]

Yo: a y dentro de esas secundarias k se an muerto entran las del respeto a las mujeres y la honestidad? kizas si me aga falta ser un pokito mas amable contigo lo siento, pero es que no soprto a ken me miente e intenta algo bajo falsas

•El: primero ni te he mentido y segundo noo intento algo bajo falsas pretensiones solo kiero conocerte nada mas[claro decirme que quieres conocerme y te intereso cuando realmente me haces las mismas preguntas dia tras dia es decir la verdad...]

•Yo: bien tu ya as preguntado aora pregunto yo: cuantas veces as ablado cnmigo??

•El: 3 o 4

•Yo: cuantas veces me as preguntado cuantos años tengo? y cuantas veces si tengo novio? i cuantas ke me gusta acer?

•El: pues las mismas?

•Yo: correccion, NO
la edad y si tengo novio 3-4
ke me gusta acer NUNCA
aora y tu me estas diciendo que realmente tienes algun interes en conocerme si necesitas preguntarme mi edad y mi estado civil cada vez k m ablas y no muestras ningun tipo de interes en k m gusta? a eso yo lo llamo mentira y actuar bajo falsas pretensiones

•El: eske no me puedo acordar de todo tia
si has pensado eso ya lo siento
bueno hablando de esto, ke te gusta hacer?

•Yo: en realidad te da igual, xk esto mismo te lo dije el otro dia k por supuesto no recuerdas, mira solo t voi a dcir una cosa

•El: dime

•Yo: ve con la verdad por delante y revisa cuales son realmnte las neuronas k se t
an muerto: xk el comentario "k os pasa k os a bajao a todas de golpe la regla?" demuestra que todas las k valian para algo an desaparecido

•Él: mira la verdad, kieres la verdad? [aqui habria faltado que dijera "no podras soportar la verdad" tipo película]

•Yo: staria bn

•El: vale, no tengo amigos y me gustaria concer gente de los alrededores para poder salir de fiesta y ser amigos y si surge algo mas pues mejor pero con ser amigos me vale [¿y si surge algo mas pues mejor? y luego dice que no tiene pretensiones ocultas? ja-ja me rio en su cara]

•Yo: entonces di k buscas AMIGAS y no generalizes, buscas a akellas k esten dispuestas a liarse cntigo, bien aora as sido sincero, aora yo lo sere contigo i nos aorraremos muxo tiempo d conversaciones stupidas sin ningun interes para mi i sin ningun resultado para ti. no tengo novio, pero no voi a liarme cntigo. ves? fin del asunto, ya puedes empezar con el cuento a otra =)

Como adoro ser borde con quien se lo merece. Supongo que por eso todavía no lo he eliminado. Sí, soy mala. Pero en el fondo... le he hecho un favor. Le he ahorrado horas y horas de conversación conmigo para al final comerse los mocos. Debería agradecermelo.

domingo, 18 de abril de 2010

Abigail e Ingrid: marfil-promocion-limpiaparabrisas-tren-cupon

Suspiro de amor, de puro y simple amor

Más de lo que el malvado comerciante de marfil busca otro elefante, más de lo que la ama de casa más aplicada busca alguna promoción del tipo 3x2 o llevarse gratis un limpiaparabrisas con un cupón que le dieron en el super, más de lo que el gato busca un ratón con el que entretenerse o más de lo que lleva Marco buscando a su mamá... Si, más te busco yo a ti.

Busco tus susurros en el viento y tus gritos los días de tormenta, busco el sabor de tus labios en la lluvia y el calor de tus brazos en el sol, el sonido de tu risa entre la multitud y la intenidad de tu mirada en la ipnotizante luna. Sí, te busco sin parar, con el corazón desbocado y el aliento contenido hasta que al verte suspire. Un suspiro de alivio por ver que no fuiste un simple sueño inventado de esta mente loca, suspiro de resignación por tener que mantenerte en el mundo de las ilusiones sin poder tocarte y suspiro de amor. De puro y simple amor. De esos que pasan arrolladores, llevándose por delante todo lo que en su camino se cruza, como un tren pero que solo pasa una vez en la vida y que espero no haber perdido. Por eso suspiro, porque no hay mayor sufrimiento que el saber que un dia pudiste ser mio y quizas yo... quizás simplemente llege demasiado tarde a la estación.

viernes, 16 de abril de 2010

Sobre las nubes

Afrika sueña. Sueña con él, dormida y despierta. No hay mayor sufrimiento que querer lo que no se puede tener. Pero ella es feliz. Es feliz cuando él la abraza, cuando él la sonríe, cuando él... cuando él simplemente está ahí.

No puede decirle que le quiere, no abiertamente por lo menos. No puede acariciarle. No puede besarle. Incluso estando tan cerca es tanto lo que la separa de él... Pero nada importa, no si puede estar a su lado. Si durante media hora ella es el centro de su mundo, como para ella lo es él todo el tiempo.

Nada importa. Todo vale. Ni la desgana por la mañana ni el sueño por la noche la impiden, ni levantarse pensando en él, ni acostarse con una sonrisa sabiendo que lo tendrá en sus sueños.

Hay amores platónicos. Imposibles. Al alcance de la mano pero que se desvanecen en cuanto intentamos siquiera tocarlos. Duele, y Afrika llora. Llora por ese imposible, llora por esa locura que supone que se acelere su corazón cada vez que lo ve. Piensa y piensa, y todos sus pensamientos lo llevan a él. A ese amor inalcanzable. Las lagrimas inundan sus ojos, un nudo en la garganta la impide respirar, el dolor la oprime el pecho... pero vale la pena. Se secará los ojos, vestirá su cara con su mejor sonrisa y seguirá adelante. Porque el mismo amor que la hace caer en el vacio, es el amor que la hace correr sobre las nubes.

jueves, 15 de abril de 2010

Un juego de niños, un juego para mí

Juguemos un rato. Aunque antes de saltar al campo, hagamos el calentamiento previo. Tú por tu parte, y yo por la mía. Haré estiramientos de pestañas con el rimel, pruebas de equilibrio con mis nuevos tacones y practicaré haber cuanto tiempo soy capaz de aguantar esta falsa sonrisa en mi cara mientras me voy maquillando delante del espejo.

Reúnamonos con nuestros equipos. Tú con el tuyo, yo con el mío. Dicen que antes de un partido hay que calentar muy, muy bien; así que, por si no lo había echo suficiente ya en casa, agarro una botella de vodka. Mientras, quizás comente técnicas con el resto del equipo: ¿avanzo por la banda hasta él? ¿o me quedo en la defensa esperando? Las oigo contestarme y comentarlo aunque creo que no escucho realmente, ¿por que cuando he hecho yo caso a alguien que no fuera yo misma? Pero me distraen, que es lo que necesito antes de jugar para templar los nervios.

Y llega la hora. Y partimos al campo. Hay un largo recorrido, y esperaba verte en la previa, o quizás entrando, pero nada. Entro al estadio y sigo sin divisarte. No importa, dejo la chaqueta y el bolso, enciendo un cigarro. Miro a mi alrededor, por ahora nada. Así que juego. Juego a entretenerme, y bailo, bebo y río, y al cabo de un rato incluso se me ha olvidado que te estoy esperándote a ti, a mi mayor contrincante esta noche.

Entonces, alguien de mi equipo grita tu nombre. Me interrumpo en medio de una carcajada y me giro mientras el corazón me late tan fuerte como para hacer que me duela el pecho. Miro y te veo. Con una sonrisa tímida, bajo la mirada. Siempre lo hago, no puedo aguantar la tuya. Pero no pienses que por ello vas a ganarme. Mi equipo avanza hacia ti, yo me quedo rezagada. Prefiero dejarte para el final. Entre besos y saludos por fin llega mi turno. Le doy un par de caladas a mi cigarro, "lástima" pienso, y lo tiro casi entero. Ha llegado la hora de jugar.

Levanto la vista y sonrío. Pretendo decirte con los ojos lo que tú y yo sabemos que no soy capaz de decir con mi boca. Pero no me paro demasiado en tus ojos, esos ojos peores que el mejor regateo cuando estás llegando al area; peligrosos, me pierdo en ellos y me dejan siempre atontada. Te doy dos besos, y te abrazo. Quizás te pregunte que tal te va, quizás esa sea mi técnica. Pero no puedo saber como contratacarás, no sé que me dolerá más oír salir de tu boca, que te va bien o que te va mal. Entonces se hará el silencio. La musica seguirá sonando en los altavoces, la gente riendo y cantando y algún que otro gritando para llamar a un amigo. Pero para nosotros, se hará el silencio. Como en una burbuja. Y ése, ese juego que apenas durará un minuto antes de que algún arbitro venga a interrumpirlo, será el partido final. Un partido silencioso, pero a muerte. Donde miles de ideas, miradas, sonrisas o mordidas de labios de esas que hago cuando estoy pensando... se entrecruzarán. Y entonces, tal como había empezado terminará.

Algún arbitro al que odiaré a muerte parará el partido, a no ser que tú decidas retirarte antes. Eso sería lo peor. No hay nada más parecido a una derrota que ese tipo de victoria. Pero el juego terminará. Y alguno de los dos se excusará para irse. Pero por mucho que el partido termine ¿alguno seguirá en el juego?

Yo me quedaré seguramente sin saber si tú sigues jugando, y si lo haces, a qué. O si no te parece una tontería olvidada ya de niños. Pero sí, yo sí sigo. En un juego rídículo y dañino para mí. En un juego en el que parezco más fuerte, menos loca, más simple. Pero yo no soy simple y tú lo sabes. Aunque no sé si eso es suficiente para que comprendas que todo es producto de ese juego, en el que mientras juego nada me puede dañar, nada puede llegar a hacerme daño. Y por eso juego. Juego y juego... juego a que es mentira que te quiero.

Ninfómanas orgullosas sin fronteras

No hay término medio. O eso dicen. O somos unas estrechas o unas putas. Sí. Ligar hoy en día siendo mujer es todo un arte. No puedes parecer demasiado "liberal" pero tampoco que parecer que llevas un cinturón de castidad. Control de las palabras, gestos, etc. Pff resulta estresante.

Muchas, como Edurne, pasan y buscan lo que quieren, punto. A su chico... lo acaba agotando. Y es curioso lo mucho que les fastidia eso a ellos. "¿Lo hacemos otra vez?" y en vez de admitir que no pueden, que están agotados, que digan lo que digan nunca podrán competir con el sexo femenino en potencia y resistencia en este tipo de... mm ¿deporte?, ¿qué hacen? ¡Echan la culpa a la chica! "¡Es que eres una ninfómana!"

Sinceramente creo que es el único término medianamente culto que los hombres controlan, y solamente porque supone su modo de excusarse. Entre el shock que provoca que a una la tachen de enferma mental y el shock (¡todavia mayor!) de ver salir una palabra con cierto nivel cultural de la boca de un hombre... Pues claro, una se queda a cuadros. Y al final hasta se lo acaba planteando ¿seré yo realmente una ninfómana?

Bah...En fin, yo lo tengo claro. El día en el que las mujeres seamos capaces de reproducirnos por nosotras mismas... los hombres desaparecerán por algún juguetito que vaya a pilas (de las de Duracel por supuesto, que duran y duran y duran...).

Mientras tanto, solo queda que nos unamos. Yo pienso formar una asociación de apoyo, incluso ya tengo el nombre...

NINFÓMANAS ORGULLOSAS SIN FRONTERAS. Pienso hacer pins.

lunes, 12 de abril de 2010

Cuando Venecia rivalizó con Madrid

Se siente la primavera, un mero adelanto del perfecto verano que todos esperamos pasar. Algunos ya sueñan con él, algunas ya se han comprado el primer bikini. Unos, planean sus viajes. Viajes de fiesta con sus amigos, románticos con su pareja, en familia,... Otros, no piensan ni en moverse. Y es que playa, fiestas en la noche y horas de incesante vagueo en tu propia casa constituyen un buenísimo plan. Te aseguras unas vacaciones que posiblemente en otro sitio y con otras compañías, no podrías tener.

Pero aún así, a veces, incluso los más reacios a ir de vacaciones, si se les presenta una buena oferta, se apuntan. Porque a veces lo que importa no es el lugar sino la compañía: mientras que yo no movería un dedo por unas vacaciones familiares, no necesito siquiera preparar una maleta para irme con los amigos. Incluso unas vacaciones en solitario, en algún lugar en el extranjero, recóndito, que explorar a base de callejear. Quien ame viajar sabrá de lo que hablo.

Hoy él me dijo que piensa ir a Venecia. "Algo cursi, ¿no?" pensé. Me gusta Venecia pero ¿como para ir a pasar unas vacaciones salvajes? No. Venecia es algo más romántico. Y eso le dí a entender. Se rio, una y otra vez. Además, añadí, aquí tengo fiesta, alcohol y mi gente, todo lo que necesito... y conseguir todo eso fuera no es tan facil.

Oh, yo tengo amigos allí; me dijo. Olvidate de L y Madrid, y ven conmigo. Ven conmigo a Venecia. No vayas a Madrid, ya verás como te lo vas a pasar mejor.

¿Venecia? Demasiado lío, era más sencillo, rápido y seguramente divertido mi otro plan; pensé. Fui yo la que se rió entonces. No, no, allí no hay fiesta; le dije.

¿Que no hay? conozco gente a allí, vente conmigo a Venecia, tendrás toda la fiesta alcohol y demás que quieras; dijo controlador, tendrás todo eso y más.

Y de repente... de repente Venecia rivalizó con Madrid.

domingo, 11 de abril de 2010

Dichos, reglas y redichos

Dicen, que cuando una relación termina, todo cobra nuevo significado. Que cualquier cosa insignificante nos recuerda a esa persona, o eso dicen. El portal del final de la calle dejará de serlo para pasar a ser el sitio donde os disteis vuestro primer beso, la pasmina que tanto te gusta pasará a ser la pasmina con la que os cubristeis un día de lluvia, y el sofá de tu casa deja de serlo para ser un recordatorio de las miles de veces que ahí hicisteis manitas. Sí, todo cambia según dicen. Todo te recuerda a esa persona; cosas, sitios y situaciones que mientras estabas con él no te traían nada a la cabeza. El portal era el portal, la pasmina era la pasmina y el sofá solo un sofá. Pero en un segundo, todo cambia de color, luz, textura, olor,... Te parece poder sentir todavía las gotas de la lluvia que os mojaban debajo de la pasmina, el eco de la risa en el portal y su dulce olor en el sofá.

Pero todo es psicológico. El portal no deja de ser un portal donde miles de personas se han besado, y otras muchas han meado borrachas, la pasmina está seca y hoy el sol luce sin rastro de lluvia, y ese sofá no conserva más olor que el de las palomitas de la película que viste ayer, a lo sumo.

Aun así, aunque sepamos que es psicológico no podemos evitarlo, hacemos tonterías: Evitamos el portal, nos cubrimos con la pasmina y nos acurrucamos en el sofá. ¿Por qué será? Es bien sencillo. Tenemos miedo. Miedo al futuro, a un futuro donde algo que parecía eterno ya no existe. Y como tenemos miedo al futuro, nos aferramos al pasado y optamos por vivir en él.

Dicen que necesitamos la mitad de tiempo que hemos pasado en una relación para olvidar la misma. Esto es una gran putada. Y es que estas cosas deberían avisarlas antes de que ocurra, antes de que por un imcomprensible proceso bioquímico decidas que quieres pasar el resto de tu vida al lado de esa persona. Antes de enamorarte. Pero no, esto no es como la alarma del móvil que te dice que tu saldo se está agotando.

Por eso tenía yo la filosofia de "vamos a querernos una sola noche". Total, si la regla de las relaciones se cumple, mañana al mediodía ya te habré olvidado, y antes si bebimos demasiado. Pero las cosas no siempre salen como quieres y Ela, con su "si no arriesgas nunca ganarás" (para ella arriesgar es atreverse a querer durante... bueno, más de una noche; y ganar... pues la verdad, todavía no lo sé ¿que el también te quiera? bueh..) me come la cabeza y acabo donde acabo. Su filosofía tiene un fallo, y es que no menciona que si arriesgas también puedes perder. Y así acabas, evitando portales, cubierta con una pasmina y acurrucandote en el sofa.

Pero si seguimos los dichos y redichos populares de la psicología amorosa, sé que tarde o temprano volveré a ese portal con alguien, mi pasmina se mojará de nuevo bajo la lluvia y volveré a disfrutar mucho en ese sofá. Porque tarde o temprano, complementando a "es necesario la mitad del tiempo que duró la relación para olvidar la misma", está el dicho de que "un clavo... saca a otro clavo" x)

Ser mala mola... depende con quien

Los animales no pueden ser malos. No, porque no son seres racionales. Solo las personas tenemos esa capacidad porque es precisamente, el ser seres inteligentes, lo que nos da la posibilidad de ser malos. Por supuesto, después de esto queda claro una cosa; los chicos, no pueden ser malos. Y es que en realidad no lo son, ¿cuando ha sido realmente malo un chico? A lo sumo, estúpido e inconsciente. Pero no malo. Hacen tonterías y pueden causar verdadero dolor pero todo es fruto de su estupidez.

Pero las mujeres... las mujeres somos otro mundo. Las mujeres, como dice la vikinga, somos el bicho que picó al tren. Malas, malas. ¡Y es genial! Las que no están bajo los gases tóxicos y atontadores del sindrome perruno, del enamoramiento o completamente "aprincesadas" pueden utilizar eso a su favor desde bien pequeñas. Y es que en realidad, desde que tenemos uso de razón a las mujeres nos enseñan a manipular: ¿quien no ha tenido barbies o similares alguna vez? Sí, y con ellas hacemos lo que queremos. Las manejamos a ellas y a su versión masculina, Ken, tejiendo vidas imaginarias. Y aunque a algunas eso ya las lleva a convertirse en princesas, a soñar con un primer baile a la luz de la luna y similares cursilerías, también nos enseña a manipular.

Y ser mala, mola. Mola y mucho. Somos capaces de manipular y volver locos a los tíos para conseguir lo que queremos. Pero también hay que saber cómo y cuando ser malas, y eso es algo que desgraciadamente no viene en un manual de instrucciones con las Barbies.

Laura, princesa de un interminable y fantasioso cuento, busca a su príncipe. Y mientras lo espera (más le vale que sentada...) juega con sus Kens. Los pobrecillos no saben ni por donde les da el aire... Laura los marea y los hace actuar en su propio cuento... pero sin entregarle a ninguno nunca el papel protagonista. Los Klinex de papel suelen durarle más tiempo que la opinión respecto a algunos de sus juguetes. Y mola... hasta cierto punto. Porque en algún lugar, desconocido hasta ahora (por lo menos para mí), debe de haber un libro en el que están grabadas a fuego todas tus relaciones pasadas, flirteos y demás, haciendo que cada vez que eliges un nuevo juguete arrastres un cartel gigante de neón en el que pone: "¡cuidado con ésta! ¡Jugará contigo!" o "¡Ni te acerques a ésta! ¡Quiere una relación y no solo un lío!", etc, etc.

Todos estos carteles de neón se traducen en una palabra: fama. Sí, el pasado siempre nos acecha y lo hace dándonos una fama, sea la que sea. Y eso es algo que las propias chicas nos hemos inventado para fastidiarnos unas a otras. Ya no solo somos malas con los hombres, ¡ahora nos ponemos la zancadilla unas a otras! ¿Dónde ha quedado la solidaridad femenina?

El 50% de las veces que se pronuncia en el mundo la frase "ésa es una guarra/furcia/puta" sale de los labios de una mujer. Y eso es bien jodido. En vez de aliarnos para subyugar al género débil nos dedicamos a destruirnos entre nosotras. Pasó lo mismo en Vietnam... y no les fue demasiado bien.

De ahí la frase "un gran poder, conlleva una gran responsabilidad". A las mujeres se nos ha otorgado uno muy grande, pero por lo visto todavía no hemos aprendido bien cómo (ni contra quién) utilizarlo. Laura seguirá con sus juguetes y algún día cuando se canse y le quiera entregar el papel protagonista a uno en concreto, se encontrará con que no hay candidatos por el puesto por la fama y etiqueta que le han colgado. Yo por mi parte soy optimista y creo que en algún momento las mujeres nos daremos cuenta de que así no ganamos nada y no tendrá que enfrentarse nunca a ese problema. Pero la realidad es que yo soy demasiado optimista, y las mujeres... todavía demasiado malas con quien no deberían serlo.

sábado, 10 de abril de 2010

¡Se buena!

Se buena, se buena, se buena,... ¡pero qué asco! ¡anda y que te den! Me pregunto a qué tío que supere los diez años de edad se atrevería a decirle nadie que sea bueno. Pero claro, yo no tengo pito. Dice un estudio que la relación que tienes/tuviste con tu padre marca la relación que tendrás con los hombres, y que es más, si esa relación fue buena hay una clara tendencia a sentirse atraida por hombres que físicamente o emocionalmente te recuerden a él. Bien, menos mal que a día de hoy mantengo una horrorosa relación con mi padre, lo que me permite babear por tíos con barbita y no pillarme por calvos... Pero si este estudio es cierto, ¿Qué pasa? ¿Se creen los hombres con derecho a ejercer de padres? Se buena, se buena, blah, blah, blah.

Te ven arreglando algo y te dicen: anda trae que ya lo hago yo. ¿Que lo haces tú? ¿Qué lo haces tú? Perdona guapo, si no lo he conseguido yo en cinco minutos es que está roto y no hay manera. Pero bueno, decides darles un voto de confianza y te ilusionas (quien sabe, igual si sabe arreglarlo... ¡ja!) Después de estar ellos intentandolo y reintentándolo durante otros cinco minutos, ponen cara de expertos y te miran mientras dicen: Esto... no se puede arreglar, está roto. (WHAT FUCK!!)Eso mismo te lo he dicho yo hace diez minutos, pero parece ser que se necesita la confirmación de un tío para que realmente algo sea irreparable. Si no, "es que ellas no saben ponerlo/arreglarlo".

Yo lo tengo claro, voy a contratar a un pavo que cuando yo diga algo él lo repita automáticamente para confirmarlo. La de tiempo que me iba a ahorrar sin tener que escuchar "trae que lo hago/arreglo yo". Y es que es eso o el cambio de sexo... y le tengo demasiado aprecio a mi cerebro como para que me lo extirpen y me pongan otro peor de recambio en la entrepierna.

Me contaba ayer Abigail la historia de una chica que se ha echado novio. Hasta ahí bien, princesita de manual. Pero no, lo que en realidad se ha echado esa chica es UN PADRE, UN ESTILISTA, UN RELACIONES PÚBLICAS y UN DICTADOR e igual lo que más falta le hacía, un polvo, eso no se lo ha echado.

¿Por qué todo eso? Bien, un padre porque tiene derecho a decirle qué puede y qué no puede hacer, un estilista porque él es quien decide que ropa es adecuada y cual no para que se ponga, un relaciones públicas porque él tiene el control para decidir sobre las personas con las que puede salir y las que no; y un dictador porque todo tiene que ser como él dice y no hay opción de discutirlo.

Bien, algunos/as dirán: "Es que está enamorada..." Vale, pues por favor, si algún día me enamoro, atadme de pies y manos y practicadme un exorcismo a base de rociarme con alcohol bendito (preferiblemente licor) y hacerme ver capítulos y capítulos de alguna serie donde salgan suficientes tíos buenos como para que se me pase la tontería. Lo que más pena me da es que a ella posiblemente ni se le haya ocurrido el buscarse a un tío y abandonar a... ¿eso? Porque claro, si él hace todo eso es porque la quiere (FUCK YOU!!). Pobre princesa... yo pensaba que en esos cuentos de hadas que les gustan a las señoritas el vestido para el baile lo elegías tú, siempre estabas rodeada de amiguitos de tu elección (véase pajaritos, ratones, en fin toda clase de animales ¡tipo los tíos de ahora!) y la única que quizás te ordenaba (puteaba) podía ser una malvada madrastra de la que al final siempre te acababas librando. Pues vaya, al final va a resultar que los cuentos de hadas no existen (¡No me digas! (ironía)).

Niña, quítate la corona que tanto te pesa y libérate de esas cadenas que tú misma has dejado que te pongan por "amor". Recupera tu corazón, y con él también el cerebro, y búscate alguien que realmente te quiera. Que realmente te respete. Alguien que no sea un príncipe celoso, controlador y obsesivo. Un tío de verdad.

viernes, 9 de abril de 2010

El robo del siglo

Vía internet hoy me he reido como nunca y todo gracias a Edurne, con la que hacía demasiado tiempo que no hablaba.

La recordaba como una princesita, sí, con corona incluida y todo;y sigue igual ¡pero lo que no me esperaba era lo de después! Me cuenta que ha aprovechado las vacaciones para estar con su novio. Pero no solo eso, y es que últimamente ¡a todo el mundo le ha dado por hablarme de sexo! Joder, que el sexo es para practicarlo no para hablarlo(como bien dice la vikinga xD), pero bueno ahí la he dejado explayarse a gusto.

Total, que me ha estado detallando su intensa vida sexual (posturas, juguetitos y demás cosas que omitiremos por no ser aptas para el público en general). Hasta ahí mas o menos normal, es feliz con él y ***** mucho, ¡me alegro por ella! Ademas como ella misma ha dicho: Con tanto ejercicio...¡Me voy a quedar hecha una modelo!

Pero ha sido otra cosa lo que realmenteme me ha hecho reir y me ha sorprendido. Lo que Edurne le ha robado a su novio. ¿El corazón? Bah no, eso quizás también, pero también algo mejor y mas importante: los huevos. Sí. Si a las chicas les afecta el síndrome perruno digamos que hay ocasiones (¡pensaba que era imposible!) en que los hombres se ven afectados por otro. Todavía no le he puesto nombre porque ¡como es el primer caso que veo en la vida real! El tío en cuestión pierde todas sus agallas (o cojones, huevos, orgullo,... en fin, cada cual que lo llame como quiera) y acaba a los pies de ella. En este caso, de Edurne.

Edurne es una fragil princesita ansiosa, enamorada e insegura, algo celosa que necesita tener a su novio a menos de diez metros a cada instante, pero que ha sabido de alguna manera (¿quizás a base de sexo? ¿¡podría ser!?) dominar a su chico hasta el punto de conseguir lo que los padres de él no han conseguido nunca (que estudie, limpie, se comprometa con algo). Lo quiere y él la quiere. Lo ata corto y el babea por ella. Sí, definitivamente va a ser el síndrome perruno. A este perro lo han castrado, ha sido el robo del siglo. Un robo... cojonudo.

Ela: Sol-cuadro-espejo-ceniza-vela

Sombra aquí, sombra allá...

El sol se mete y nosotras salimos. Pero antes, el ritual de salida en grupo.
Basicamente consiste en varias horas de preparación delante del espejo:
La ropa, importantísima. ¿Pantalón o falda? ¿Camiseta con o sin escote? Aunque no es lo único que hay que cuidar antes de salir.
¿Cómo piensas llevar hoy el pelo? Rizado, liso, ondulado. Lo tenemos a la carta. ¿Y el maquillaje? Lo mismo, veinte mil colores y texturas diferentes: tú eliges. Y es que es lo bueno que tiene prepararse para salir todas juntas. Ni en el backstage de cibeles se registra tanto movimiento. Y ruido. Cantamos y bailamos mientras nos maquillamos, vestimos y peinamos (o nos peinan) para salir.

Es un ritual que se lleva practicando desde tiempos immemoriables en grupos de chicas, nunca chicos. Al igual que ir a China, o montarse en una montaña rusa, es algo que hay que hacer para entenderlo.

Y por fin, salimos. ¿Cual es el plan? ¿Hoy? Bailar, reír y beber. Me parece buen plan. Y allá vamos. Cogemos el metro y en menos de media hora estamos en el bar habitual. Alguna princesa ha visto a su principe de la noche porque se retoca el maquillaje y sonríe coqueta mientras se derrite como una vela.

Yo también he visto a alguien. Me parece tan perfecto, y yo... ¡dos cubatas con un par de chupitos y estoy ya echa un cuadro! Intento (sin éxito) adecentar mi pelo y mi ropa mientras tiro la ceniza de mi cigarro y le sonrío. Se me acerca y me comenta orgulloso que acaba de llegar de no sé donde (ni me importa) y que lleva el pelo mojado porque se acaba de duchar. (¿Se acaba de duchar? O.o)

Decido pedir otro chupito. Porque total, o ya estoy muy borracha y es que no veo bien o él recién salido de la ducha está tan perfecto como siempre. Uno más no lo va a empeorar. Además, qué cojones. Yo he estado cuatro horas preparándome. Matemáticamente tengo que estar tres horas y media más perfecta que él, aún si tengo pelos de loca y el rimel corrido.

Ela: Palabras-paraguas-agua-yo-foto

Recuerdos que se borran y otros que no

Al mismo tiempo que se llevaba el agua y el frio de los meses de invierno, marzo también se llevo otra cosa. Te llevó a ti. Quizás todo son épocas, ciclos, etapas y esas cosas, y era ya hora de cambiar como hacemos con la ropa. Quizás nuestra temporada ya había pasado y teníamos que renovarnos. Quizás. Solo quizás.

Ocurre que al igual que el paraguas que queda abandonado en una esquina recordándonos el invierno pasado, tu foto y otros muchos otros recuerdos también se han quedado para no permitirme que olvide el lugar que un día tú ocupaste.

Pero acabarán por desaparecer. Yo misma los haré ir desapareciendo, poco a poco. Aunque tanto tú como yo sabemos que nunca te irás del todo. Porque de igual manera que el paraguas puede tirarse a la basura y seguiremos estando seguros de que llegará el próximo invierno, puedo estar segura de que por mucho que el tiempo vaya borrándote nunca se irá tu recuerdo. Porque yo (¡bipolar de mí!), de la misma manera que iré ocupándome de eliminar todo lo que a ti me recuerde, hoy escribiendo estas palabras me he asegurado de que eso no ocurra.

Yo hoy me liaria contigo

Hoy en día está de moda. Demasiado para mi gusto. Hemos llegado un punto en el que solo hablamos, hablamos y hablamos. Hablamos de las cosas más estúpidas, de las más importantes, de las que nos importan y de las que no. Pero hablamos, ¡y hasta nos interrumpimos unos a otros para hacerlo!

Y como en este mundo nadie es capaz de contenerse, todo lo llevamos al extremo. Y pasa lo que pasa: surgen modas. Modas del tipo "la comunicación es lo más importante en una relación", "la sinceridad es la base de la pareja", y blah blah blah. ¡Como no sabemos de qué hablar vamos a hablar hasta de lo que no debiéramos! Que sí, que hay que hablar (comunicarse, no discriminemos a los mudos) pero ¡que todo en exceso es malo! Pero nada, eso es algo que la gente no entiende así que dale, hablemos cara a cara, hablemos por tuenti, facebook, twitter, messenger, por movil, mensaje o telefono fijo. Y porque ya solo unos pocos conocen el lenguaje morse que si no ahí estaríamos, dale que te dale al telégrafo.

La cuestión es que hay que saber cuando hay que hablar y cuando no. Da verguenza decir que pasamos mas tiempo hablando sobre sexo que practicandolo (¡¡¿really?!!), pues si por lo visto. Asi se explica que las relaciones de pareja y todo lo que (deberian) traer con ellas (****) sea lo que mas insatisfechos tenga a la media. Eh! Lo dicen las estadisticas, no yo.

Asi que yo escucho. Y antes que hablar sonrío, y ya cuando creo que no me puedo contener enciendo un cigarro. Asi por lo menos me aseguro que tendre la boca ocupada y no soltare ninguna barbaridad de esas que se me suelen ocurrir. No hablo mucho(comparado con el resto), pero asi me aseguro de que lo que digo significa algo y no son simples sonidos para silenciar al silencio. Pero, no soy la unica que piensa así. Lo demuestra el sonido de mi móvil (i make them good girls go bad! i make... (8) ). Lo cojo, miro el remitente y leo el sms. Sonrío. Es corto y preciso: Yo hoy me liaria contigo. Contesto, tambien corto y preciso: Jajaja. Él sabe lo que significa mi risa.

Quizás él no es directo porque sea listo, quizás lo sea porque es demasiado tonto para un sms más currado, pienso mientras pego un par de caladas. Y mientras pienso esto y veo como me mira, informo al grupo: bueno, me voy a dar una vuelta, vuelvo luego. Y mientras salgo camino de un rato de entretenimiento, sigo dandole vueltas al asunto. Quizás es directo porque no es capaz de articular una conversacion, quizás es tan tonto que...

Pero de repente me doy cuenta. Sacudo la cabeza y sonrío divertida: ¿Y a mí que mas me da si con él no voy a perder el tiempo hablando?

jueves, 8 de abril de 2010

El dia de después

Se levanta por la mañana. Le duele un poco la cabeza y su pelo ha sido capaz de reproducir todos los nudos habidos y por haber. Rememora la noche pasada, mientras despues de tomarse su cola cao con ligeras nauseas, se dirige a la ducha. Realmente fue una buena noche, recuerda debajo del chorro caliente de agua de la ducha. Sí, realmente buena. No puede evitar sonreír. Lo recuerda a él. A él tumbado en su cama, sus juegos, sus flirteos... Y ése beso. Y el siguiente, y el siguiente... Recuerda como se va perdiendo entre sábanas, besos y caricias... Sale de la ducha. Está feliz. Nada puede arruinarle el momento, ¿o sí?

Ella lo ve simple. Dos amigos, alcohol y atraccion mutua. Nada puede fallar, la amistad es duradera, se abre paso entre todo. Pero nuestra historia se compone de capitulos con más actores, capitulos en los que se habla de nosotros pero no aparecemos, capitulos que nos perdemos haciendo que nuestra propia historia nos parezca absurda y estupida. Solo quien tenga conocimiento de todos esos actores principales, secundarios,... podra comprender del todo el por qué de nuestra historia ¡quien pudiera hacerlo!

Por eso, mientras antes a Ela le parecía sencillo ahora le parece un rompecabezas sin solución. Pero alguien tiene la llave de la solución. Quizás una amiga dispuesta a indagar, u otra dispuesta a aconsejarla, y el que seguro la tiene es él. Él, que según Ela está echando por la borda años de amistad por lo que fue simplemente una noche de diversión. Pero Ela ignora lo que él piensa. Lo que él siente. Y lo que lo lleva a actuar así.

Los chicos han supuesto el mayor misterio para las mujeres desde que nos dio por bajar de los árboles y comenzar a andar. Eso es algo que siempre ha sido así y siempre será. Y eso nos frustra, como le pasa a ella ahora.

El silencio de él la atormenta. La situación la agota. Está cansada de luchar por no sabe que causa, cansada de pensar qué capítulo es el que se ha perdido, o qué fue lo que pasó que estuvo mal. Otro día se va, y con él las ganas de Ela de seguir luchando... ¿o no? Porque quizás hoy la batalla no haya ido bien, quizás no haya conseguido avanzar entre las líneas enemigas hasta lograr acercarse a la mente de él. Pero mañana amanecerá, otro día con nuevas esperanzas y fuerzas renovadas.

Y aunque ahora; agotada, furiosa y frustrada, Ela no quiere admitirlo, en el fondo de su corazón sabe algo. Sabe que al igual que el sol surgirá de nuevo mañana, el lazo que los une a él y ella, también lo hará.

Dormido por vacaciones

Espera ansiosa su llamada. No hay nada que pueda hacerla despegarse del telefono, ¿cuánto tardará en llamarla? ¿Qué estará haciendo en este momento? Quiere que él la demuestre que aunque cientos de kilometros los separan, la sigue queriendo igual. Lo que para él son vacaciones para ella son días de ansiedad y comezones de cabeza interminables.

No puede evitarlo. No sabiendo lo que sabe. Y es que los pueblos, el alcohol y las zorras propias de los pueblos no le inspiran gran confianza, ni una pizca en realidad. Solo las llamadas de él pueden calmar sus continuas inseguridades.
Las chicas le dicen que no se ralle, que se relaje y distraiga, pero Abigail es incapaz. El mejor momento del día es cuando él la llama y le dice que la quiere, que la echa de menos y no la olvida. Es lo que le da fuerzas para aguantar un día más sin verle, teniéndole lejos. Pero a veces esa ansiada llamada no llega.
A veces, el corazón duerme en vacaciones. Entra en un profundo sueño del que no despierta hasta la vuelta, quizás porque así duele menos, quizás porque se echa menos en falta a la persona amada. Pero Abi es incapaz de entender este sueño, y lo que para él es un descanso, un tiempo muerto, para ella es una tortura en la que todo lo que ella cree que sabe (que la quiere, que la ama, que quiere estar con ella) se desvanece. Y a veces llora. Otras, se desahoga con una amiga.

"Si me quisiera, me llamaría" piensa. Pero no todo es tan sencillo, ni tan facil como Abi cree. La realidad es otra. Si está con ella es porque la quiere, y si no la llama; es porque está ocupado, ausente, o de fiesta, y en ocasiones, en más de las que jamás el admitirá y en muchas más de las que él será realmente consciente, porque duele. Duele oir su voz y saberla lejos. Oirla reir pero no poder ver ni un solo atisbo de su sonrisa. Duele oir su voz quebrarse triste, y no poder secarle las lágrimas. Duelen los "te quiero" si no puede verlos en su mirada. Duelen los susurros cariñosos si no puede sentir el viento de sus palabras en el oido. No poder besarla, acariciarla o simplemente mirarla, riendo como solo ella sabe, duele. Por eso, él prefiere hacer dormir a su corazón.
Abi sufre por su ausencia. Y él por su recuerdo. Pero el sueño es inquieto, y en la duermevela, él la llamará. Porque vale más para él la alegría de ella que su propio dolor.

Retazos de una vida pasada, pero no por ello menos válido.

Que no te engañen. No existen los cuentos de hadas, las princesas viven en cuentos de terror. Cuentos donde nadie dice lo que piensa, ni hace lo que desea; sino lo que se supone que tiene que decir y hacer. Allí, los vestidos y zapatos son incómodos, no dejan correr; ni vivir en realidad. Los príncipes no son tan buenos y no protegen, solo aprisionan y ahogan. Los dragones a su lado son una bendición, y es que por lo menos a esos puedes odiarlos. Porque el problema comienza cuando quien amas es quien te está matando por dentro.