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astrid.rhys.jones@hotmail.com

jueves, 31 de marzo de 2011

Bucay se expande

Sí, sí, tal cual. Ya no se limita al arrullo del boli contra el papel, las letras y palabras no son suficiente para sacarlo todo fuera. Ahora, acaricia el cuaderno con la fina punta gris del lapiz. Plasma un mundo de colores en un solo color, y sin embargo, sus trazos expresan desde el rojo más truculento hasta el azul más celestial. Nonsenses maybe, but I understand myself.



Me ha prometido un retoque, aunque yo lo crea innecesario. Se verá mejor, pero al final, lo siento y es que, el verdadero disfrute es tener el auténtico.

martes, 29 de marzo de 2011

Desde el desastre del domingo al martes sin cordura

Qué pasa. A quién le importa. Preguntas vanas lanzadas al cielo, al aire, al viento de las noches solo alumbrada por parpadeantes farolas. Recojo respuestas de lo que no he preguntado, y mis preguntas se desvanecen en la nada, en la niebla del alma.

Me duele la cabeza, me duele y eso me revela que sigo viva. El insomnio no me da tregua. Y no puedo llorar. Las lágrimas se niegan a salir, quizás Bucay tenga razón. Quizás sea un día, pero desde el desastroso domingo no ha habido tregua. No ha habido notas de colores, no ha habido nada.

No siento amor, no siento odio. Todo me es indiferente, nada me importa. Hago todo como una autómata, sin pararme siquiera a pensarlo. Hago mis quehaceres, cubro mis necesidades físicas, pero no siento. No siento nada y voy sin rumbo.

Quizás mañana luzca el sol, quizás mañana encuentre el timón, encuentre respuestas. Pero no sé si mañana llegaré cuerda para poder entenderlas.

domingo, 27 de marzo de 2011

Desde mi primer lío lésbico hasta el desastre del domingo

Hoy es uno de esos días en los que me apetece llorar. No entiendo, o no sé manejar, lo que pasa a mi alrededor. Siento a todo el mundo lejos. Me siento diferente. Y quizás lo sea.

He tenido mi primer lío lésbico. Fue extraño como poco. Diferente, en gran medida. Algo inexplicable, labios femeninos y alcohol. Aunque no sea lesbiana, ni siquiera bisexual (que yo sepa), no me arrepiento. Y es que fue divertido, el morbo de lo diferente, de la aventura. Algo que muchos y muchas se niegan a si mismos por prejuicios y demases. El sábado tuve una charla increíblemente larga con Bucay, que me dio muchísimo que pensar.

Ahí todavía la cosa estaba bien, iba bien. Quizás fue cuando me sentí aislada de las chicas, quizás cuando el trabajo empezó a llegarme al cuello y el estrés me comía. Quizás fue entonces, quizás es solo que hoy es domingo. Quizás mañana todo esté bien. O quizás no, lo más terrible es que me da igual.

miércoles, 23 de marzo de 2011

Y sentí que el mundo se tambaleaba bajo mis pies.

Pensé que quizás fuera un terremoto, un tsunami, algún desastre de tipo medio... pero nunca se me ocurrió que pudiera ser nada como esto. El drama comenzó con una Ela ausente e indiferente a mí (that really hurts...), siguió con una familia descompuesta, unas chicas dispersas y un chico bipolar, para terminar con Bucay hundido.

Juro que intenté salvar a cada uno de ellos, que intenté descubrir los monstruos que los atormentaban. Que escudo y espada en mano, atravesé los mil y uno peligros de sus mentes para encontrarme que no tenía con quien luchar, que o los monstruos eran imposibles... o el monstruo era yo.

Sentir a Bucay prisionero del dragón de la tristeza me ha hecho levantarme y dejar a un lado las lágrimas. No sé qué malvado brujo o malvada hechicera es la que dirige al temible dragón, pero tendré que descubrirlo.

Al fin y al cabo el dragón no es tan malo. Es él o la que se esconde detrás. Tendré que esquivar bolas de fuego e intentar no quemarme el culo. Sortear sus garras sin despeinarme y conseguir encadenarlo. Después tendré que acercarme y acariciarlo, los dragones también tienen sentimientos ¿vale?, y así conseguir que el dragón de la tristeza de Bucay deje que los malvados motivos que lo afligen queden a la vista.

Y será entonces, cuando necesitaré toda la ayuda del mundo. Porque hoy por hoy, yo y mi espada solas no somos lo suficientemente fuertes para la batalla. Quien sabe, quizás mi destino sea el de una mártir, si es así, que caiga en viernes (para alargar los puentes más que nada). Allá vamos, una, dos y tres...

miércoles, 16 de marzo de 2011

Vivir sin resignarme a solo existir

Porque hay dos clases de personas. Las que se limitan a existir y las que viven, las que viven de verdad. Las que disfrutan y sufren cada segundo de su vida, a las que lo desconocido les da miedo por supuesto, pero eso no les impide intentarlo, las que por vivir extremos saben lo que espera a cada lado, las que piden paz para el mundo y guerra para ellas, las que viven un día diferente a diario y no una rutina, las que ríen sin motivo y le lloran a recuerdos, las que sonríen, aman, odian, besan, hacen el amor, las que de verdad, de verdad, viven y no solo existen.

Uno, dos, tres y cuatro

Y que luego me digan que no me estrese. Es el mundo el que me quiere estresada, pero un paso por delante, con mi té, mi café, el cigarrillo y la canción que me apetece bailar... le pueden dar al mundo.

Nada puede ser tan real, nada más que eso. Que yo y que yo estoy aquí, que mañana quizás no, pero que hoy, mientras llueva, bailaré bajo la lluvia.

sábado, 12 de marzo de 2011

Oh nana...

Son casi las once de la mañana. Y me tomo mi café delante de mi amado teclado. Suena Rihanna con su "whats my name?" y desafino mientras la canto.

Estoy tranquila, porque me espera un día largo. Muy largo uff. Último sábado de carnaval y yo todavía tengo que comprar veintemil cosas para esta noche.

Pero me lo tomo con calma. Con un café y el sol entrando por la ventana, el mundo se ve de otro color. Y me gusta.

Juego con la barra de labios entre mis dedos y dibujo un corazón en mi muñeca. ¡Dios cuánto me quiero!

viernes, 11 de marzo de 2011

¿Y qué es lo que hemos aprendido hoy?

Hoy, ladies and gentlemen, va una lección que me han enseñado Rafa y Richi:
Hablaban sobre relaciones y gracias a ellos me he dado cuenta de una cosa que me sorprende no haber aprendido antes.

¿Por qué nos ilusionamos pensando que una relación va a ser para siempre si en el fondo de nuestra alma sabemos que puede ser que eso cambie mañana mismo?

Hoy he aprendido que hay relaciones, como esta última, que aunque compartan amor, AMOR con mayúsculas, tienen fecha de caducidad y están destinadas a acabar en una simple amistad. Son divertidas, bonitas y se acaban.

Hay otras, sin embargo, que como un huracán te destruyen entera y te hacen revivir para amar de nuevo, otra vez, de otra manera. Plagadas de malos momentos, y llenas de momentos magníficos. Son tóxicas y quizás por eso me gusten tanto. Son... duraderas, eternas. No en vano dije hace tiempo que había encontrado al amor de mi vida. Son extrañas, y van y vienen como el bravo mar. Es un amor que duele, que te destruye y te eleva al cielo al mismo tiempo.

Ese amor, ése es el que debiéramos preocuparnos en conservar. Porque al final, por mucho que nos acojone, por mucho miedo que nos de, llegará un día en el que tengamos que admitir que aunque no sabemos muy bien por qué, es precisamente ÉSE al que queremos tener y amar.

Bucay y el crío psicópata

Como el día 8 resultó un asco, hice una llamada de emergencia y Bucay se presentó debajo de mi casa en cero coma. Y con la intención de animarme, decidió contarme una anécdota. Bien, llegados a este punto tengo que advertir al público en general, y sobre todo a los locos y degenerados de esta sociedad que quieren tener hijos, que esto podría hacerles cambiar de idea o por lo menos hacer que se lo replantearan.

Una vez avisados, allá vamos. Resulta que Bucay, que ha dejado ya sus tiempos de delincuente y rebelde sin causa, está ahora dándole clases en su tiempo libre a una de esas cosas que uno encarga y se la traen a los nueve meses.

Pues bueno, resulta que la criatura debe de ser zopenca hasta decir basta y la tía una bruja-lagarta-maruja (¡mira! ¡si hasta rima!) de las que sudan veneno. Con esta combinación, y una abuela que en palabras de Bucay da un yuyu que te cagas sentada en la mecedora haciendo punto de cruz, era de esperar ya que el niño pues normal, lo que se dice normal, no fuera. ¡Pero no hasta tal punto! Como dato, solo diré que el niño, un tirillas de tres al cuarto, está firmemente convencido de que sus compañeros le hacen bullying, cosa que su tía suscribe y que según Bucay ha sido ella la que se lo ha metido en la cabeza. Total que está convencidísimo de ello y asegura que planea matar a sus compañeros de clase. Para más inri, incluso ha fijado una fecha: lo hará a los treinta años. ¿El por qué? Yo que sé, que se lo pregunten a su psicóloga, que por cierto no pudo ni aguantar la risa y le dijo que mejor que lo hiciera a los 80 que así no iba a la cárcel...

En fin... yo ante esto, pensaba si es que van a ser críos como este de los que dependa mi jubilación pero bueh... Total que si ante todo eso Bucay ya flipaba a colorines, el asunto ya se desmadró cuando, viendo que era imposible que el crío se centrara en los textos de comprehensión que tenía que leer, decidió preguntarle al niño a ver qué tema era el que más le interesaba para poder traerle textos sobre eso.

¿Su respuesta? Matar. Bucay, como chico responsable que se nos ha vuelto, le contestó pues que obviamente no podía traerle textos sobre eso que fueran adecuados a su edad. Yo aquí haría una pausa, y es que, qué texto pensaba encontrar Bucay que fuera adecuado para el crío y que fuera sobre matar? Total, sigamos.

Entonces decide preguntarle cuál es la segunda cosa que más le gusta y el niño le dice que pegar. Una vez más, y Bucay cada vez más en estado de shock y yo a carcajada limpia mientras me lo contaba (oye, que tiene su gracia)le dijo pues que de eso tampoco podía encontrar para él.

Y una vez más, insiste en cual es la tercera cosa que más le gusta y el crío contesta simplemente que huir. Aquí ya es cuando Bucay se desespera, porque ni siquiera de eso es capaz de encontrar algo y porque seamos sinceros, la pauta da más miedo que ver IT rodeada de payasos.

Con infinita paciencia, de esa que suele utilizar para aguantar mis desvaríos, nuestro protagonista le pregunta ya sin saber qué esperar, que cuál es la cuarta, sí majos cuarta, cosa que más le interesa. La respuesta da miedito y hace pensar en que en algo estamos fallando muy seriamente: ocultar pruebas. Vale, es aquí ya cuando viendo los antecedentes (matar, pegar, huir) y añadiendo este otro, Bucay empieza a tener los huevos de corbata y a pensarse si presentarse a oposiciones para mártir de la iglesia católica. Sobre este tema, sí es capaz de encontrar textos adaptados a la edad del aspirante a psicópata, pero ¡qué coño! ¡No va a ponérselo más fácil ni a ser cómplice en lo que sea que esté elucubrando la mente del pequeño ser ese! Y por lo tanto le dice que nada, que nanai de la china.

Y le pregunta por la quinta cosa que más le interesa en el mundo mientras duda entre empezar a marcar el número del psiquiátrico más cercano o simplemente echar por patas. Pero el niño, sorprendentemente, le contesta que meditar. Bucay, más aliviado que yo cuando me despierto por la noche y veo que todavía me quedan unas horitas para sobar, le dice que perfecto.

Al día siguiente, Bucay encuentra un texto adaptado sobre el budismo y se lo da al chaval, que después de terminar la clase incluso se queda mirándolo. Algo que enorgullece mucho a Bucay.

Yo, sinceramente... pues ya no duermo tranquila. Si desde que pusieron la nueva ley anti-tabaco voy por la calle alerta ante posibles invasiones de niños y policías lo suficientemente cabrones como para multarme, ahora ya encima me tengo que fijar en si tienen cara de psicópata o no. Y quieras que no a mi desbocada imaginación que su quinta cosa favorita (después de matar,pegar, huir y ocultar pruebas) sea meditar... me da bastantes ideas (y ninguna de ellas buena) sobre qué van a ir sus meditaciones. Pero ¡quién sabe! Igual la próxima semana el crío se rape el pelo, se vista de naranja y decida vivir en el mundo chupi-chupi donde todo es bonito y todos somos felices, pero tengo mis serias dudas.

Los niños son el futuro, los niños son el futuro... ja, pues que lo sean de sus padres, a ver si encima ahora voy a acabar yo muerta porque dos echaran un polvo. Ya sabéis, la próxima temporada, los chalecos anti-balas serán lo último.

Reflexiones y sonrisas

Echo un vistazo a mi propio recorrido amoroso, desde el primer beso un domingo hasta el último un viernes... y pienso y reflexiono.

No puedo quejarme, he amado con todas mis fuerzas y creo haber sido correspondida. He disfrutado mucho y he sufrido incluso más. Pero siempre ha valido la pena.

El día 8, día de la mujer, me dejaron. Me dejaron y, en realidad, no dolió. Sentí miedo, quizás miedo de volver a las viejas costumbres de noches locas y mañanas solas. Y es que sí, tengo ganas de disfrutar, de beber, de conocer a un tío y de no pensar en un mañana. Pero también tengo ganas de caricias, de películas aburridas con entretenimientos varios y paseos de la mano.

Hoy, un poco más sabia que ayer, sonrío. Porque me doy cuenta de que lo que tenga que venir vendrá y mientras, esperaré de fiesta con mis chicas y un cigarrillo.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Ela y su carrera amorosa-pseudocirco

Si es que iba siendo ya necesario. Después de estar un poco demasiado desconectada del mundo online, vuelvo con fuerzas renovadas y miles de cosas que teclear.

Dedicaremos el día de hoy, a una mujer que cada día me sorprende más, y es que no gano para sustos cuando de su carrera amorosa se trata. La última brutal y surrealista ocurrió hará ya varios meses (me disculpo por la tardanza) y es hoy cuando me he decidido a hacer una recopilación de sus rollos-líos-o-como-leches-queráis-llamarlos.

En su más tierna infancia (sí, hasta Ela ha tenido de eso) apareció aquel al que llamaremos Berto. Ella era ingenua y él también, por qué no. Tras múltiples charlas online, risitas y todas esas cosas monas que hacíamos por aquél entonces, y alguna que otra intervención de moi aquí presente, pasó lo que tenía que pasar. Un glorioso día, de esos en los que el verano parece cercano, quedaron y Ela tuvo su primer beso. Que no fue tan sencillo eh, ya que fue en casa de ella, y no os hacéis a la idea de lo que cuesta evitar a todo un bloque de vecinas cotillas.

Pero por cosas de la vida, o más bien de la testosterona acumulada del género masculino, el niño decidió pues que él no quería nada ahora que se acercaba el verano ya que iba a estar lejos. ¡Ja! ¿Lejos? ¡Será cerca! Cerca de las tetas y boca de otra porque vamos...

Pero bueno la vida siguió con sus más y sus menos, y Ela y su happy face. Es entonces cuando entrará en escena el siguiente: Héctor. Héctor, un año mayor que Ela, fue su primer rollo casual cargado de drama. La historia fue bien hasta las fiestas de cierto pueblo cercano. Después de habernos pillado la cogorza del mes andábamos por la playa, lo cual en nuestro estado de embriaguez era lo mejor (no duele si te caes al suelo) y el ambiente estaba asegurado. Yo que iba sobria (no, no me amamantaron con alcohol), junto con un par más estábamos intentando que Ela mantuviera las formas, lo cual era complicado porque entre el jaleo que había y que las demás también le habían dado a la botella... Total, que en una de esas la perdimos de vista. Tardamos poco en localizarla (lo que tardé en darme la media vuelta) y ahí estaba, a la entrada de la playa, al lado del paseo. Pero tenía compañía... Nos acercamos, pero para cuando llegué el tío en cuestión ya había puesto sus manos sobre ella. Casi la besa, casi. No llegó a hacerlo porque Ela, sin siquiera saber donde estaba se balanceaba adelante y atrás como un niño con pañales, y llegamos justo justo.

Todo habría quedado en un susto de "qué malvada gente ronda por ahí aprovechándose de chicas inocentes" de no fuera a ser por las malas lenguas. La historia, tergiversada y poniendo a Ela de puta para arriba, llegó a oídos de Héctor, que se enfadó y enrabietó hasta decir basta. Un día de fiesta en una discoteca, tras juegos previos, Héctor y Ela retomaron su rollo casual sin dramas. Y así estuvieron hasta que se acabó, al fin y al cabo, todo lo bueno se acaba ¿no?

Entonces apareció Larson y después otra vez Berto. Y es que Ela, como muchas de nosotras, es reincidente cuando se trata de hombres. Lo de Berto ocurrió en carnavales... y es que ¡ay los carnavales! Porque en los siguientes de otro barrio, fue Iván (novedad, ya que nunca antes se había liado con alguien que no conociera de antes).

Es después de esto, con la llegada de otro verano cuando entra en juego mi juguete favorito. Sí ¿qué pasa? Ela y yo compartimos. Y es que Edgar pasó las fiestas de dos de nuestros barrios habituales con Ela perdidos bajo las estrellas en algún sitio montando su particular fiesta.

Pero ay! la reincidencia... y es que no hay terapia de choque aún contra Berto, y ese mismo verano... Cayeron. Ya con práctica en lo que viene siendo esquivar a las vecinas cotillas y con mucha más experiencia a sus espaldas, y desde luego sin la misma inocencia del principio. Para fumarse un verde decían... fumar al final no sé si lo harían, pero que rememoraron tiempos pasados... seguro.

Bah, al final fue una época de vaivén, sin nada más allá del aquí te pillo aquí te mato si exceptuamos a Héctor.

Pero entonces apareció Iñaki. Casualidades de la vida quisieron que coincidiéramos en otras fiestas con el chaval (¿por qué empiezo a tener la sensación de que nos pasamos la vida de fiesta?)y resultó que una de nuestros contactos lo conocía. Iñaki, que se había encandilado con Ela, consiguió contactar con ella a través de nuestro contacto. Es aquí donde comienza una espiral de adicción para Ela, casi tan fuerte como la que tenemos con los cigarrillos o la fiesta.

Y es que estuvieron una temporada quedando, pero Iñaki que era algo más mayor que Ela, pretendía ir quizás algo rápido. Algo a lo que Ela no estaba dispuesta. Y entre que si sí que si no, Ela decidió que se acabó. Pero la carne es débil y como la mayoría de nosotras, Ela es carnivora a tope. Así que vuelta con él, y fuera otra vez; y así como si fuera uno de esos bailes típicos del oeste: adelante y atrás, adelante y atrás. Asta que paró la música. Todavía hoy hay algo de resentimiento contra Iñaki en Ela por haberla metida en ese círculo vicioso, y todavía hoy las miradas entre ellos cuando se cruzas son bien curiosas. Pero eso es otra historia... ¡así que sigamos!

La vida siguió su curso y llegamos a (como no) un viaje que hicimos con fiesta incluida. Allí fue otro compañero de viaje el que cayó, una bonita cosa de una noche que no volvería a repetirse. Y es así como acabamos en... ¡otros carnavales! Será ahí donde Abel y Ela, en casa de Laura esa noche, iniciarán su lío para seguirlo más tarde en un fin de semana de casa rural. Lo cual es curioso, porque si vemos las vueltas que da la vida, descubriremos que es Laura la que al final mantiene una relación con Abel ahora (pero esa es también otra historia).

Al tiempo y tiempo, y es que entonces entra en juego el tipo más reciente. Quizás con el que ha mantenido la relación más tóxica: Y es que eso era una relación a tres en toda regla. El chaval, al que conoceremos como Blink, no solo andaba metido en un rollo tipo casual con Ela, sino que mantenía una relación estable con otra chica desde hacía tiempo. Cuando nuestra protagonista tuvo noticias de aquello le pidió explicaciones a Blink, que más ancho que largo le dijo que no mantenían una relación que de vez en cuando salían por ahí pero nada más. Ela, cegada en su círculo, aceptó sin darse cuenta de que quizás eso se les estaba yendo de las manos. Y es que la gente es cotilla, de lengua larga y retorcida y afirmaban que Ela era "la otra". Al final, todo quedo como una relación "a trois" que con el tiempo se fue apagando hasta que un buen día, con aplausos por mi parte, eso terminó. Y no es que yo esté en contra de las relaciones liberales ni mucho menos ¡me requeteencantan! Pero siempre y cuando todas las partes lo sepan (cosa que dudábamos sobre la otra chica) y todo el mundo lo acepte. Pues eso, al final terminó y paradojas de la vida, aunque Ela no quiere ver a Blink ni en pintura, ahora mantiene una cordial amistad con la otra chica (que por cierto, dejó a Blink: ¡chicas unidas, jamás serán vencidas!)ya que es camarera de vez en cuando en nuestro bar favorito.

Y así se cerró otro círculo vicioso y otra rana que volvió al lago.

Esta historia termina en el pasado verano, quizás algunas recuerden la entrada que dediqué a nuestros "amigos" holandeses, pues eso, que no solo yo me hice amiga de ellos. Ela está de acuerdo conmigo en que Holanda es un país maravilloso por cuestiones... llamémoslas antropológicas.

En fin... y es que si echamos la vista atrás menudo zoo el de Ela. ¿De dónde han salido semejantes especímenes? Los únicos decentes han sido los de una noche... ¡y quizás porque no les dio tiempo a fastidiarla! La gota que colma el vaso ocurrió hace un par de meses cuando Ela me contó la proposición que le había hecho un antiguo compañero de clase (del que yo no tengo recuerdos, pero esa es mi memoria, nula como siempre). Fue por msn, chat o cualquiera de esas pseudo-formas de comunicación y fue tal cual:

Espécimen de otro planeta: -¿Tienes novio o alguien en mente?
Ela: -No, la verdad
EDOP: -Es verdad, ya me acuerdo que eras un poco rara y tenías carácter...
(Ela en su interior flipando, algo así como... wtf?): ¿rara? ¿por qué?
EDOP: No sé, te recuerdo así pero tenías algo que en su tiempo me gustó. Un día de estos me gustaría dar una vuelta contigo...

Yaaaa claro, ahora se le llama "dar una vuelta"... Supongo que no hará falta decir que la respuesta de Ela fue una negación total y que hizo todo lo posible por evitar nuevos contactos con semejante especimen. No, si ya lo decimos nosotras, nos falta el latigo para ser domadoras en el circo.

lunes, 7 de marzo de 2011

Tic-tac, tic-tac...

El sábado no hubo nadie que me hablara más seco que tú (y eso que fue por móvil), llevas dos días sin dar señales de vida y hace más de una semana que no tenemos un rato juntos a solas. Me duele el pecho, pero sobre todo la tripa. Tengo la teoría de que el alma se reparte por todo el cuerpo, pero que su centro se concentra en el estómago.

Si no que me expliquen esta falta de ganas de comer, esos vuelcos en el estómago cada vez que suena mi móvil o esas náuseas al ver mi email y demás medios de comunicación entre tú y yo sin señales.

Esto me enferma. Más el no saber, que el hecho de que obviamente me estás ignorando, sino incluso evitando. Y yo... yo empiezo a sentir mariposas en el estómago otra vez, y no son por ti. Vuelvo a sentir escalofríos cuando me toca, y no eres tú. A cada tic-tac te siento más lejano y a él más cerca. Ante todo esto, solo tengo cinco preguntas que hacerte:

1. ¿Me sigues queriendo?
2. ¿Te sigo gustando?
3. ¿He hecho algo malo?
4. ¿Has hecho algo malo?
5. ¿De verdad quieres que esto vaya adelante?

Tic-tac, tic-tac. Y el reloj, no se detiene.

domingo, 6 de marzo de 2011

O ser como todas u olvidarlo.

Quiero correr hasta caer de rodillas dolorida. Quiero fumar hasta marearme. Quiero tomar café y alcohol hasta vomitar. Dios, y quiero golpearlo. Pegarle y sollozar mientras me susurra que me calme. Volverme a pegar, que me inmovilice y que me bese sin permiso. Que sea un beso salado de reconciliación, un beso entre sollozos convulsos por mi parte y caricias en el pelo por la suya.

Quiero dejar atrás toda la mierda y empezar algo nuevo. Ponerme unas gafas de sol, una falda, auriculares y salir a pasear por allí. Cerrar los ojos e inspirar, para al abrirlos encontrármelo de frente. Preguntándose si acaso soy yo de verdad, hasta que le sonría y me acerque rápida a besarle.

Que no queden dudas, que pueda ser como todas. Y que si no... que si no que lo olvide, porque sino no será para mí.

sábado, 5 de marzo de 2011

Hombres y te quieros

Hombres... causa mayor junto al alcohol de la mayor parte de nuestros problemas e indispensables si no tienes pilas.Tan indispensables que, en ocasiones, acabamos enganchadas a ellos algo más de lo que nos gustaría. Y eso trae consecuencias... ¡Sino que se lo cuenten a Edurne!

Ayer me la encontré y empezamos a ponernos al día, cuando me lo contó no pude dejar de imaginar que clase de inmundas, terribles y macabras torturas habría empleado yo en su caso para cargármelo. ¡Ella se reía! Ufff, maldito amor.

Pero a lo que iba, la cuestión es que el lunes pasada recibió una llamada de su chico: Le digo que TENÍAN QUE HABLAR, QUE ERA SERIO y que PREFERÍA HACERLO A LA CARA, que ÉL SIEMPRE LA QUERRÍA, etc. etc. para después soltarle que ¡encima hasta el viernes nanai de la china! Edurne sobrevivió a la semana a base de apoyo humano femenino e inspiraciones profundas. ¡Y por fin llegó el viernes!

Rauda y veloz nuestra protagonista bajó de su casa a encontrarse con su estresante novio puesta en lo peor, mientras medio mundo se mordía las uñas esperando noticias suyas. Llegaron, frente a frente y tras muchas vacilaciones el tío le soltó: Te quiero.

Efectiviwonder nenas y nenes, esa era la gran confesión. Que la quería, que la quiere, que la querrá. Está claro que de ser yo la protagonista de esta historia, el tío en cuestión habría seguido queriéndome bajo tierra, pero con el alivio a Edurne se le olvidó la semana y el estrés y simplemente lo besó.

¡Cómo para no! Con lo que le ha costado que por fin el chaval se abra. Y mientras me contaba todo esto se reía y reía, y es que hombres...

Causa principal de nuestros problemas junto al alcohol... pero y es que ¡como nos gustan a nosotras los problemas!

Retazos de una vida pasada, pero no por ello menos válido.

Que no te engañen. No existen los cuentos de hadas, las princesas viven en cuentos de terror. Cuentos donde nadie dice lo que piensa, ni hace lo que desea; sino lo que se supone que tiene que decir y hacer. Allí, los vestidos y zapatos son incómodos, no dejan correr; ni vivir en realidad. Los príncipes no son tan buenos y no protegen, solo aprisionan y ahogan. Los dragones a su lado son una bendición, y es que por lo menos a esos puedes odiarlos. Porque el problema comienza cuando quien amas es quien te está matando por dentro.