Soul of music.


MusicPlaylistView Profile
Create a playlist at MixPod.com
astrid.rhys.jones@hotmail.com

domingo, 18 de septiembre de 2011

Cifras y cruces

Ayer hablaba con un amigo y salió el tema de cuántos chicos habían pasado por mi vida. Abrí la boca para contestar convencida, pero tuve que cerrarla de nuevo. No lo recordaba. Me acordaba del primero, de los del último año y para de contar. Pasé la noche intentando recordarlos a todos pero al final decidí abandonar la tarea y concentrarme en un magnífico libro que no pude terminar por exceso de sueño.

Sin embargo, esta mañana sentada en mi sillón negro, con los pies encima de la mesa, un café en una mano y un lápiz en la otra, me he concentrado delante de un papel en blanco. Primero los importantes, ésos que vienen a mi boca tan rápido que parece que nunca abandonaron mi vida -y quizás no lo hayan hecho-. Algunos del principio, otros del final, y luego he ido rellenando huecos.

Al terminar los he contado. No voy a decir la cifra, aunque me ha sorprendido que fueran tantos. De la mitad ni me acordaba, quizás porque fueron amores perfectos, de ésos que duran desde el atardecer de un viernes al amanecer del sábado y nunca vuelves a verlos -¡ni falta que hace!- que precisamente son perfectos porque no dio tiempo a que se fastidiaran. De algunos de ellos no recuerdo ni el nombre -o quizás ni siquiera lo supe en su momento- pero puedo recordar el brillo de sus ojos mientras me acariciaban la cara, o la forma encantadora de decir mi nombre. Otros son de no recordar, errores de los que luego te ríes con tus amigas en una cafetería cualquiera. Hay alguno que otro que todavía hacen que me recorra un escalofrío la columna y me muerda el labio soñadora, está claro que todavía vamos a cruzarnos alguna que otra vez. Y por último está el que parece haber colonizado cada una de tus células, ése que quizás por ser el primero, o por reincidencia sistemática, acapara tantos recuerdos en tu mente; el que provocaba vuelcos en la tripa, tembleque de piernas, sonrisa de boba y lágrimas varias; aquel que hizo que te hizo madurar y al que hoy, después de tanto tiempo, recuerdas con cariño y le deseas lo mejor.

Al final, se lo deseas a todos. Tanto los que se fueron, como los que no. Los que permanecieron como amigos o se convirtieron en ocasionales. Los que apenas recuerdas su nombre o de los que intuyes cada uno de sus pensamientos. Porque si lo pienso bien, en parte -menor o mayor- gracias a ellos -tanto por lo bueno como por lo malo- soy la que hoy soy y por lo que tan orgullosa estoy. Merci.

0 comentarios:

Retazos de una vida pasada, pero no por ello menos válido.

Que no te engañen. No existen los cuentos de hadas, las princesas viven en cuentos de terror. Cuentos donde nadie dice lo que piensa, ni hace lo que desea; sino lo que se supone que tiene que decir y hacer. Allí, los vestidos y zapatos son incómodos, no dejan correr; ni vivir en realidad. Los príncipes no son tan buenos y no protegen, solo aprisionan y ahogan. Los dragones a su lado son una bendición, y es que por lo menos a esos puedes odiarlos. Porque el problema comienza cuando quien amas es quien te está matando por dentro.