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astrid.rhys.jones@hotmail.com

miércoles, 6 de abril de 2011

Mañana con ellas, tarde con Bucay, noche con Karl

Hemos sobrepasado los treinta grados... En serio, yo ya no sé ni cómo vestirme. O me congelo de frío o acabo al borde de una lipotimia. Aunque prefiero este calor. Respirar el aire caliente por la nariz, sentir la suave brisa fresca, olvidarme la chaqueta y no necesitarla. Fumarme el piti sin tiritar ni necesidad de sentir miedo por si acabo metiéndomelo por un ojo del tembleque. Charlar con ellas, con ellos, y que nuestras risas se eleven como notas de colores hacia el despejado cielo azul. Desde luego, adoro estos días.

Ha sido una mañana relajada, sin mucho trabajo y muchas charlas femeninas de esas que aunque no suelen interesarme demasiado, me gustan porque las tengo con ellas.

Por la tarde para salir de la monotonía y aburrimiento me he pirado a dar una vuelta con Bucay, como siempre buena charla y pitillos al aire libre. Agradezcamos al señor majo del parque que me ha regalado un mechero, porque yo ya estaba por desatar el estado de alarma viendo que el mío había muerto. Pero mira tú por donde, resulta que todavía queda gente maja en este mundo.

Nos pilla el crepúsculo y volvemos a nuestros quehaceres. Karl online, y me río. Consigue que no me aburra, ya sea política, filosofía o simple charla banal y matutina, sonrío y nadie me quita eso.

Definitivamente, hoy es un buen día.

1 comentarios:

Karl dijo...

Encantado de sacarle sonrisas señorita^^

Retazos de una vida pasada, pero no por ello menos válido.

Que no te engañen. No existen los cuentos de hadas, las princesas viven en cuentos de terror. Cuentos donde nadie dice lo que piensa, ni hace lo que desea; sino lo que se supone que tiene que decir y hacer. Allí, los vestidos y zapatos son incómodos, no dejan correr; ni vivir en realidad. Los príncipes no son tan buenos y no protegen, solo aprisionan y ahogan. Los dragones a su lado son una bendición, y es que por lo menos a esos puedes odiarlos. Porque el problema comienza cuando quien amas es quien te está matando por dentro.