Soul of music.


MusicPlaylistView Profile
Create a playlist at MixPod.com
astrid.rhys.jones@hotmail.com

domingo, 30 de octubre de 2011

Y todo se reduce a eso.

La noche de ayer fue algo más que extraña. Como todavía arrastraba el catarro de la pasada semana -con faringitis y cosas varias incluidas según la doctora- me vestí a capas, tipo Shrek y decidí salir con todos a celebrar el cumple de Saray con los chicos.

Karl, David, Aitor, Enzo, Jon... incluso luego vino Bucay -pero se fue pronto que se va de puente hoy con la novia- y nos encontramos con Jake. Plagada de altibajos, comencé la noche entre pastillas  -sigo mala- y cervezas.

Aitor preguntaba que me pasaba, que estaba silenciosa. No, silenciosa no, solo pensando. Karl también se quejó de mi falta de atención, que no era tal, pero bueno. La noche avanzaba, oír a Aitor, Karl y Jake improvisar es un gusto aunque acabé molesta con Aitor por un comentario sobre mi ex. Me río con David mientras vamos a orinar, es tan puro...

Aitor acaba por marcharse, como ya hizo Bucay, y nuestro grupo va disminuyendo. De ahí hacia la plaza, litros y litros de cerveza por medio. La verdad es que David hizo de repartidor de una manera asombrosa de buena. Karl y Enzo optan por irse, nosotros acabamos a la puerta de un garito.

El tiempo pasa, fluye, todo va bien, hay alcohol y tabaco. Entramos, pero está petado, consigo una cerveza y es lo único que hago, seguir bebiendo. Al final David, Saray y Jon se piran... nos quedamos Jake y yo, solos sin saber muy bien por qué. Yo me entretengo hablando con unos chavales que me pretenden narcotraficante valenciana, divertido, hablamos reímos. Y cuando me empiezan a agobiar simplemente menciono a mi "esposo", no sé cómo pero cuela y me dejan en paz. Jake por su parte habla con una chica. Pero nos acaban desalojando, y echamos a andar.

Un bocadillo y una estatua. Él con el primero y yo con la segunda, nos basta para maravillarnos a estas horas de la mañana. Empieza a hacer frío y seguimos andando, yo me dejo guiar al fin y al cabo no sé dónde estamos, así además de hablar me da tiempo a pensar sobre ciertas cosas. Llegamos al metro y cada uno por su lado. Pero soy imbécil, he bebido demasiado y yo qué sé qué más, la cuestión es que me acabo saltando mi parada. Así que vuelta para atrás y regreso a casa, con la luz de la mañana cegándome; para llegar y tras tantas charlas con tanta gente, darme cuenta de lo sola que me sentía.

0 comentarios:

Retazos de una vida pasada, pero no por ello menos válido.

Que no te engañen. No existen los cuentos de hadas, las princesas viven en cuentos de terror. Cuentos donde nadie dice lo que piensa, ni hace lo que desea; sino lo que se supone que tiene que decir y hacer. Allí, los vestidos y zapatos son incómodos, no dejan correr; ni vivir en realidad. Los príncipes no son tan buenos y no protegen, solo aprisionan y ahogan. Los dragones a su lado son una bendición, y es que por lo menos a esos puedes odiarlos. Porque el problema comienza cuando quien amas es quien te está matando por dentro.