Soul of music.


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astrid.rhys.jones@hotmail.com

lunes, 31 de mayo de 2010

Yo nunca...

El sol pega fuerte, como gatibu en la guitarra y el micro. La gente se arremolina a su alrededor bailando y gritando. Aunque no son los protagonistas del día, por lo menos no en el corazón de Abi. Ella está sentada, a su lado Imanol. Imposible, intocable, su amor perdido; piensa.

"Yo nunca me he emborrachado", "Yo nunca ligaría en un bar",... Los "Yo nunca" se suceden y la gente de acuerdo con la afirmación no bebe... o bebe confesándose culpable.

Unos acordes se elevan en el aire. Quién no los conoce, es la entrada de "Musturrek sartunde". La multitud enloquece y canta a pulmón, y dentro de Imanol algo también enloquece. Le grita y le canta en su interior, su corazón se acelera, no puede negar lo evidente...

"Soro moduueen maitatu gineen, ta gozatzen heldu zan goizaa..."

La canción termina. Pero no eso que le retumba dentro; joder, la ama y lo sabe. Quizás sea una señal, quizás ya sea hora; hora de confesar, de dejar atrás el pasado y mirar por ese futuro... un futuro que no quiere que exista si no es con ella.

Le toca. Se inclina hacia Abi y ella se estremece. Le susurra al oído:

"Yo nunca volvería en estos momentos contigo", y se lleva el vaso a los labios.

A veces son dos palabras. A veces una caricia. A veces un beso. Y en otras, una canción, un juego susurrado y un trago. Pero lo que sí es siempre, es amor. Amor del verdadero.

A donde nos lleve el destino

La música truena en mis tímpanos. La gente baila, bebe y se ríe. Aunque yo estoy parada mirándole. Nos hemos besado. No lo he olvidado, le quiero y él lo sabe. Pero necesito que me diga algo. Quizás sea el alcohol, el beso o simplemente que soy así; la cuestión es que me siento valiente. Así que me acerco y lo beso, solo por si fuera el último, y porque me encanta; para qué engañarnos. Y entonces, se lo suelto:

-¡Ei! ¿A dónde nos lleva esto?

Me mira sorprendido, extrañando, flipando. Yo tampoco me creo que esté preguntándole eso. No soy así, no soy de esas, no soy de las que piensan en algo más que en el presente; quizás es verdad que él me ha cambiado... un poco. Al final contesta.

-Pues no sé, a donde nos lleve el destino ¿no?

Mi cabeza me grita la respuesta obvia; ¡No! No creo en el destino. Porque eso es el tipo de tonterías cursis que habitualmente me hacen reír y soltar una respuesta cínica, sarcástica. Le miro a los ojos y abro la boca para decirle lo obvio... Pero entonces me doy cuenta de que a mí qué me importa si lo que nos une es un cúmulo de sucesos aleatorios, el destino, la suerte, el infortunio o el dios Chuck Norris. Qué me importa a mí si mañana recordaré esa conversación, si saldremos, si me besará, si nos casaremos, si tendremos hijos, si seré la eterna soltera, si volverán mis miedos o desaparecerán completamente, si estaremos ahí. Qué más me da a mí todo eso si le tengo ahí delante. Y eso si tiene una respuesta obvia: nada, porque en ese momento él lo es todo. Y con eso me vale.

Así que cambio mi cara de cinismo, le muestro una sonrisa y suelto encongiendo los hombros:

-¡Bien! ¡Me vale!

Y vuelvo a besarle. Apurando cada segundo, retando a ese que él llama destino a atreverse a quitármelo.

jueves, 27 de mayo de 2010

Reneé sin tiempo y Rebeca sin dar señales de vida

El móvil no dejaba de sonar. Desde las profundidades de su cama, entre las sábanas; Reneé tanteó con su mano sobre la mesilla. El despertador cayó con un golpe sordo. "Mierda tendría que comprar otro más", pensó; ya iban cuatro en el último mes. Siguió tanteando, alrededor de la lámpara, la novela de Pérez Reverte,... hasta al final dar con él.

-¿Si?-contestó asomando entre las sábanas.

-¡Tía! ¿Dónde te metes? ¡Llevo días sin verte! ¡Tengo ganas de fiesta joder!

-¿Eh? ¿Ana? Joder tía, que he estado a tope toda la semana y hoy tengo todavía más movidas... ¿Por qué no llamas a Rebeca o Sara?

-Sara está liada y ¡Rebeca anoche desapareció! ¡Se piró ella sola de fiesta y no sé nada de nada! ¡No me coge el móvil!

-Un momento-Reneé se incorporó-¿Cómo que anoche? ¿Qué hora es?

-Las once de la mañana, chica desde que lo dejaste con Aarón no sabes ni en...

-¡Mierda! ¡Me he quedado dormida! Me tengo que ir, te dejo, ya llamaré yo a Rebeca y si eso salimos esta noche ¿vale?

Y sin darle tiempo a contestar colgó y corrió hacia la ducha. Mientras salía y buscaba algo decente que ponerse llamó para avisar que llegaría en veinte minutos, treinta rectificó cuando vio su falda favorita manchada de café. Suspiró, le esperaba un duro día...

martes, 25 de mayo de 2010

Apagando fuegos varios...

Me deleitó en una ocasión la frase de Ramón Gómez, "en la manera de matar la colilla contra el cenicero se reconoce a la mujer cruel".

No he oido todavía a nadie expresar mejor la manera en que descargo mis sentimientos, ya sean los que sean en ese momento, al apagar el cigarrillo cuando ya parece que vaya a fumarme las letras.

Sí... Y es que no hay nada más relajante cuando ves que ya no tiene solución y se está acabando que aplastarlo y ver expirar la poca llama que le quedaba matándolo tú antes de que él te mate a ti. No, y ahora no hablaba del cigarrillo...

Ser cruel con quien se lo merece, no puede llamarse crueldad.

lunes, 24 de mayo de 2010

Quiero bañarme de vodka en una pisci... ¿naah? ¡Sí!

Yo, voy a beberme hasta las copas de los árboles, voy a tomar de todo menos decisiones...

Estamos a lunes y ya tengo una imperiosa necesidad de emborracharme. Serán por las que no he podido tomarme durante unas semanas y me han quedado acumuladas, por lo mucho que hay que olvidar o porque simplemente así sé que voy a ser feliz. Ni lo sé ni me importa.

Solo sé que... quiero bañarme de vodka en una pisci..naah
Doble V inspira y se nota.

domingo, 23 de mayo de 2010

La resaca no es lo peor del dia de después

Tengo la memoria borrosa, no recuerdo nada con exactitud. Es ya la hora de la comida y yo acabo de levantarme. Me preparo un café y me dejo caer en mi sillón con el ordenador. Mi cuenta de la red social echa humo; fotos, mensajes privados, comentarios,...

Y entonces, tomo conciencia de la realidad, y veinte mil recuerdos invaden mi memoria. Una conversación telefónica con Abi; un poco más atrás, Imanol con lágrimas en los ojos; más atrás en el tiempo, un descampado y david, y en ese momento; una declaración por su parte y un beso.

Todo mezclado. Por fin consigo poner en orden mis ideas y me derrumbo. He besado a David, that´s not ok. David es mi amigo, no mi follamigo. Encima he mentido, he mentido a mis amigas. He mentido y le he hecho daño a Abigail. Sí, le dije que no nos habíamos besado. Y entonces, le di un pico a David, otro a ella... y ellos cerraron el círculo.

¿Cómo pude? Sé como es imanol. Debí haberle contado a Abi la verdad y haber evitado así todo, y sobre todo, haber evitado que Abi e Imanol discutieran por un pico estúpido.

Ahora ¿qué me queda hacer? No quiero perder a mi amigo, no quiero que Abi e Imanol discutan, quiero que todos sean felices; porque si no, yo no puedo serlo. Quisiera dar marcha atrás en el tiempo... y es que es increíble lo mucho que soy capaz de fastidiarla en una tarde.

El alcohol debería llevar una etiqueta como la que lleva el tabaco avisando de sus efectos secundarios. Alguna como: "el alcohol puede llevar a destruir la amistad con un chico". O: "No bebas cerca de gente a la que quieres, perjudica las relaciones de los que están a tu alrededor".

Aunque como les haga tanto caso como el que les hago a las del tabaco va a dar igual. Aiss no sé. Ya empiezo a desvariar. Abigail tiene todo el derecho a enfadarse conmigo, Imanol más de lo mismo y David... En fin, a David falta que le diga que no quiero nada, que solo lo quiero como amigo y que el chico que me destrozó el autoestima y me convirtió en un ser inseguro, sigue siendo el amor de mi vida. De finitivamente, él va a odiarme el que más. Como mínimo hasta que se desvele que el universo es una broma de Chuck Norris y los chinos alienígenas dispuestos a controlar el mundo mediante la invasión de productos de baja calidad-bajo coste que provocan adicción. A él esto le habría echo gracia... Y todavía me queda suplicar perdón a todo mi ejército de amadas compañeras guerreras por haberles mentido y contarles la verdad....

Ya Me duele la cabeza y no es por la resaca. Cualquiera diría que estoy de vacaciones...

sábado, 22 de mayo de 2010

El viaje de vuelta de los viernes

Adoro la vuelta a casa los viernes por la tarde. Sola en el metro, rodeada de toda una multitud, es un momento ideal para reflexionar sobre los días pasados y los que quedan por venir. Aunque ya es tarde los rayos de sol me acarician la cara a través de una de las ventanillas. Miro el panel y veo que aún me quedan un par de paradas. Sonrío y miro a mi alrededor con curiosidad, intentando recoger retazos de las historias de cada una de las personas que van en el vagón. Está claro que aquella vuelve ahora de la playa, esa mujer trabaja de secretaria en una empresa y ahora llega a su casa solitaria, el niño ese tiene la esperanza de que su padre no le obligue a ducharse cuando lleguen a casa, el hombre de mi lado vuelve ahora de preparar un importante contrato entre dos empresas,...

De repente, un sonido interrumpe el hilo de mis pensamientos. Es la megafonía anunciando la siguiente parada. Entramos en un tunel, y todo se oscurece momentáneamente, como mi alma. El corazón me da un vuelco y mi mente vuela hacia un pasado no muy lejano meses atras. Un pasado donde también volvía todos los viernes en metro, pero bajaba una parada antes. Un pasado donde el viaje de vuelta era el viaje de ida hacia... ¿hacia qué? ¿El amor? Bah, no sé. Hasta él. Eso era suficiente. Suficiente para que mi ánimo se elevara, mi cara se iluminara y los fríos días de invierno y diciembre fueran acalorados...

Sí, la nostalgia me invade mientras el metro se para y miro el letrero de la estación donde infinitas veces me bajé. Todos los recuerdos, sentimientos y sonidos se arremolinan como un torbellino en mi mente, y me empiezo a sentir mareada. Me apoyo contra la pared y cierro los ojos.

No los abro hasta que vuelvo a sentir el calor del sol en la cara mientras dejamos la estación atrás al salir del túnel. A mi alrededor, el niño que no quiere bañarse y algún que otro más me miran con curiosidad. Sonrío y miro por la ventana. Me acabo de dar cuenta. Nadie me espera ya en esa otra parada, ahora me dirijo hacia una nueva, a en la que otras muchas personas sí que lo hacen.

Con una sonrisa melancólica miro el reloj. No veo la hora de llegar ya.

jueves, 20 de mayo de 2010

Despertares indeseados

El calor lo agobiaba. Con los ojos todavía cerrados apartó las sábanas y su tacto de seda le hizo darse cuenta de que esa no era su casa. Imágenes fugaces empezaron a pasar a la velocidad de la luz por su mente, no podía ser. Pero lo era. Abrió los ojos, el pelo largo y ahora enmarañado de Rebeca asomaba entre las sábanas y su brazo moreno le rodeaba la cintura. Maldiciendo por dentro, apartó con suavidad su brazo y se puso a buscar su ropa.

Rebeca rodó sobre si misma hasta quedar boca arriba, abrió los ojos y miró como Aarón se levantaba. Dudó si hablarle o hacerse la dormida. Al final decidió que ya no perdía nada.

-Buenos días eh.-Dijo mientras ella también se levantaba y empezaba a ponerse su ropa tirada al lado de la cama. Aarón se giró y forzó una sonrisa.

-¡Buenos días!

-¿Te vas ya? ¿No te quedas a desayunar?

Él ya estaba vestido. Con la cartera en el bolsillo del pantalón y el móvil en la mano. Dudó un momento sobre qué decirle.

-Emm no, me voy ya que ando con prisa. Ya nos veremos por hay...-dijo iniciando la retirada hacia la puerta.-¡Adiós!

Y salió presuroso. Rebeca se volvió a sentar en la cama suspirando resignada, estaba segura de que esa había sido su única y última oportunidad. Aarón apoyó la espalda contra la puerta del portal nada más salir, suspirando angustiado. Y mientras encendía un malboro y le daba un par de caladas pensaba que quizás había perdido su última oportunidad de recuperar a Reneé. O quizás no estaba todo perdido, pensó con un atisbo de esperanza.

Pero desde luego acostarse con su amiga no parecía la manera más brillante de recuperar a su ex, recordó mientras veía como el humo del cigarro ascendía, gris y difuso; como su futuro con Reneé.

miércoles, 19 de mayo de 2010

Algo quería salir


Suena watcha say de Jason Derulo. El sol brilla fuera. Y yo debería estar relajada. Pero algo lucha por salir dentro de mí.

Intento sacarlo de todas las maneras posibles: grito, no funciona; tarareo, no funciona; sigo con el trabajo pendiente, obviamente no funciona. Me levanto, ando por la casa, salgo a la terraza, enciendo un cigarro, me preparo un café, doy vueltas en mi gigante sillón. Nada. Nada funciona.

Así que escribo. Y entonces, mientras oigo el ticlití de mi teclado, lo entiendo. Ya sé que es. Así que lentamente, con histérica alegría, permito que mis lágrimas por fin asomen. Borran todo de mi alma, de mi mente. Un nuevo comienzo, toda una oportunidad para rescatar lo viejo que valía la pena y desechar el resto.

SO LET ME IN GIVE ME ANOTHER CHANCE
TO REALLY BE YOUR WOMAN
´CAUSE WHEN THE ROOF CAVE IN
AND THE TRUTH CAME OUTI JUST DIDNT KNOW WHAT TO DO

lunes, 17 de mayo de 2010

El poder del chantaje sexual

Edurne: A ver, es que no tienes novio solo por el sexo.

Astrid: Entonces si no es por eso, ¿para qué vas a tener novio?

Edurne: ¡pues para tener una relación!

Astrid: Bah, y ¿para qué vas a querer una relación? ¡Para tener el sexo asegurado! ¡Y a veces ni eso tienes!

Y es que es uno de los temas que suelo discutir a menudo con Edurne. Hoy hablábamos en la cafetería sobre la negativa a quedar hoy de su novio. Le ha dado razones y todo, pero no son suficientes para Edurne. Se lo ha advertido: no la va a ver en una semana porque ella no va a tener tiempo para quedar. Pero él no ha cedido, no puede y punto.

Edurne se ha pasado el resto del día de morros. Pero no se ha dado cuenta de una cosa: pidiéndome desesperada que le llame yo para intentar que él baje, y esa amenaza que luego no va a ser capaz de cumplir, no consigue nada. Solo darle a él el poder.

Sí. Porque vamos a dejarlo claro. Cada uno tendrá una relación por lo que sea. Edurne en su mundo de princesitas dice que el sexo no puede ser una razón, bien, si el sexo no es uno de los motivos por los que se mantiene una relación con alguien... Yo por lo menos, entonces preferiría comprarme un perro: babean menos, y solo echan mierda fuera de casa. O sea, porque al fin y al cabo, sexo es precisamente lo que te puede dar un tío y no un perro (siempre habrá excepciones de gente rarita degenerada). Total, que Edurne lo verá como quiera, y será que ahí en lo alto de la torre de su castillo el oxígeno no llega... Pero yo sé, que su novio como tío que es tiene el suplente de su cerebro en la entrepierna.

Así que sabiendo esto... ¡Cómo no aprovecharse! El sexo es poder. Y el poder... el poder es que simplemente mola. Total, que sabes el punto débil de tu enemigo ¡aprovéchalo! Cada vez que ella se muestra ansiosa y él se niega, le está dando poder. Cada vez que bajo coacción me obliga a mandarle un sms intercediendo a su favor, le está dando poder. A este paso poco le falta para acabar con el síndrome perruno (véase sindromes).

Ay princesita, que el príncipe no fue casa por casa con un zapato en la mano porque se habría enamorado, ¡sino porque Cenicienta le había prometido sexo otro día y él no se aguantaba!

Chicas, haber si nos lo metemos en la cabeza, de la misma manera que de nada sirve tener un vestido precioso si no tienes unos zapatos con lo que ponertelo... de nada te sirve tener el poder si no sabes utilizarlo...

domingo, 16 de mayo de 2010

Con un café en la mano: All the single ladies put your hands up!

A lo dicho. Todas las chicas solteras que levanten las manos. Because, up in the club, we just broke up!

Y qué será lo que tiene esta mujer. Que será lo que tiene esta canción. Porque con "Single Ladies" Beyonce ha creado todo un fenómeno. Mujeres de todas las edades, sitios y colores; famosas o anónimas; y otro tanto de hombres e incluso bebés, han sucumbido a su música y baile. Algunos incluso se han puesto el body y los tacones, otras y otros han improvisado, y en todos los casos el resultado es espectacular. Pasando por la concentración de single ladies en Londres, por la parodia de uno de los Jonas o Justin Timberlake, hasta la niña Ariana de body rosa.

Llevo toda la mañana viendo videos en youtube y si está claro que los hombres y programas que lo han hecho pretendían simplemente parodiarlo, no está tan claro en el caso de las mujeres. Muchas participan en grupos de baile, otras simplemente lo hacen con amigas, algunas niñas intentan imitar a una mujer conocida mundialmente,... Pero ¿Por qué? ¿Qué hay detrás de todo esto?

Personalmente nunca me había fijado mucho en la canción. Hoy mientras escribo esto estoy oyéndola. He visto el videoclip, leído y escuchado la letra y sentido la música. Y ahora lo entiendo.

Es un grito a la feminidad, a la independencia y a la fuerza de la mujer. Sí, lo sé. Sacar esa conclusión de una canción por la mañana puede ser síntoma de que algo grave ocurre en mi cabeza. Pero poned la canción y negádmelo. Negadme que no os dan ganas de bailar. Luego poned el videoclip y decidme que no veis a toda una mujer bailando, y que no sentís ganas de hacer lo mismo porque al fin y al cabo, vosotras también sois mujeres. Luego busca en google la letra en inglés o la traducción en castellano. ¿No sugiere a una mujer poderosa? ¿Una mujer que tiene el control? "I put gloss on my lips, a man on my hips!" "I need no permision, did I mention!"

La clase de mujer que sabe el poder que ser mujer le confiere. La clase de mujer que "no necesita permiso, ya ha llamado la atención". Que acepta no ser una diosa, que dice estar enamorada pero que no piensa arrastrarse. Y eso se traslada automáticamente a todas las facetas de la vida. Un icono que representa el nuevo ideal de mujer que muchas aspiran a ser. Alguien que no está blindada, que tiene sentimientos pero también poder sobre ellos. Poder para decidir lo que quiere y cuando lo quiere, y no amargarse por no conseguirlo. Toda una guerrera. Por eso, put your hands up!

sábado, 15 de mayo de 2010

Rebeca se encuentra con Aarón

Era jueves por la noche. Rebeca se apoyaba en la barra mientras deslizaba su dedo por el borde de la copa. Entonces lo vio, no esperaba verlo esa noche. Pero ahí estaba pidiendo una copa, a solo tres metros de distancia. Tragó saliva y se atrevió a saludarlo.

-Hola Aarón.

Él se dio la vuelta y abriendo muchos los ojos exclamó:

-¡Rebeca! ¡Cuanto tiempo!

Se acercó a ella tambaleándose y le dio dos besos. Rebeca pudo sentir el olor a alcohol mezclado con el olor del perfume de D&G. Ese que Reneé le había regalado en su cumpleaños cuando todavía estaban juntos, y que Rebeca misma le había ayudado a elegir.

-¿Qué tal te va todo?-Le preguntó Aarón sonriente derramando la mitad de la cerveza que llevaba en la mano. "Incluso borracho seguía siendo irresistible..."pensó Rebeca.

-Pues muy bien.-Contestó ella sonriente.-¿Y tú?

-Aquí, ¡tirando!-Se encogió de hombros- Tratando de olvidarme un poco de todo... ¿Y Reneé? ¿Cómo está? ¿Ha venido?

-Reneé está muy bien, sigue con su vida como siempre.-Le dijo sonriéndole.-Estoy yo sola.-Acercó su brazo por la barra hasta tocar el de él.- Sola para ti...

Aarón confuso la miró y después miró su brazo como hipnotizado. Con los ojos confusos muy abiertos volvió a mirarla mientras se dejaba llevar por Rebeca hasta algún lugar lejos de allí.

Reneé vuelve a la lucha

Cerro la puerta y se dirigió al salón con la comida. El repartidor había sido rápido, el arroz todavía quemaba a través del plástico. No sabía para qué tenía cocina si nunca cocinaba, bueno sí; para prepararse el café.

Se sentó con las piernas cruzadas en el sofá y puso la película. "Debo de ser masoca" pensó Reneé. Ponerse a ver una película romántica un sábado por la noche no podía ser la mejor manera de olvidar a Aarón. Suspiró. Y miro el paquete de clinex preparado a su lado para casos de emergencia. El contestador y su móvil no dejaban de pitar, quizás con mil planes de fiesta; pero ignorados.

Todavía no habían terminado los créditos del principio cuando el tinbre de la puerta sonó. Estuvo a punto de ignorarlo, pero luego pensó que quizás fuera algún vecino con alguna cosa urgente y fue a abrir. Con su manta en los hombros y el envase de comida en una mano fue hasta la puerta y, sin mirar por la mirilla quien era, abrió. Mala costumbre. Antes de que se diera cuenta se vio empujada contra una pared con tanta fuerza que se le cayó el arroz, y la entrada de su loft fue invadida por todo un ejercito de guerreras.

Ahí estaban todas, con sus uniformes de guerra en misión de rescate. La jefa del operativo se le acercó y le dijo poniéndose en jarras:

-Tienes exactamente cinco segundos para quitarte ese pijama y salir corriendo hacia la ducha antes de que te meta yo de los pelos.

Reneé intentó protestar. Hoy no estaba de servicio, no estaba con ganas de fiesta. Pero las chicas no pensaban irse con una negativa.

-Venga Reneé.- Mientras dos la empujaban hacia el baño. Ella inventó excusas:

-Estaba a punto de ver una película y encima mira, se ha caido el arroz tengo que recogerlo. ¡Además no hace buen tiempo!

-Uno: no te voy a dejar aquí viendo esta bazofia mientras comes comida china. Dos: Esto lo recogemos nosotras ahora mientras te preparas. Y tres: ¡Es de noche! ¡Y nos vamos a una discoteca! ¡El tiempo no es excusa!

En media hora se había duchado, la habían peinado y elegido la ropa, se la había puesto, se había maquillado y estaba a punto de salir por la puerta.

-¡Vamos a quemar la ciudad!-Gritó alguna.

-Esperar...-Dijo Reneé. Todas se dieron la vuelta, pensando que quizás ahora se echaría a atrás, se empeñaría en quedarse en casa y no habría manera de hacerla salir. Pero las sonrió fue hasta la cocina y volvió con algo en las manos. La miraron interrogantes.

-¿No pensaréis que vaya a salir de fiesta sin nada en el estomago no?- Y salió de casa con su traje de guerrera y una sonrisa mientras se comía lo que se había salvado del arroz. Su escolta de chicas la siguió riéndose. Estaba a punto de comenzar otra guerra.

viernes, 14 de mayo de 2010

Con un café en la mano: Injustos porcentajes

Sentada en mi sillón con el café en la mano reflexiono a las siete de la mañana. No hay mejor hora para hacerlo. Cuando todavía nadie ha intentado lavarte el cerebro durante el día y el café te ilumina las ideas. Vamos, solo me faltaría el porro para convertirme en filósofa ahora mismo.

Y hoy toca reflexionar sobre números y estadísticas. Sí. Esa ciencia que dice que, si estamos tú y yo, y yo tengo dos ferraris; cada uno tenemos uno. Pero ignorando eso, me encanta la estadística. Leer sobre estadísticas y porcentajes. Salen a la luz infinitas curiosidades.

Comento que hace poco confirmé lo que les había oído a varios tíos durante meses. ¿Sabíais que por cada hombre en el mundo hay siete mujeres? Por lo visto es un dato muy conocido, aunque no sé si algo exagerado. Pero en el caso de que fuera cierto, esto plantea un millón de preguntas y dudas.

Veamos. Si por cada hombre hay siete mujeres en el mundo... ¿quiere decir que seis de cada siete mujeres se quedarán sin pareja? Bueno, tendríamos que bajar el porcentaje al quitar a las mujeres lesbianas que encima de no competir, nos quitan competencia (I love all you!!!). Pero como también existen hombres homosexuales y esos nos hacen más pequeño el mercado... Vamos a dejar la estadística así.

Pues eso,¿quiere decir que seis de cada siete mujeres estamos destinadas a quedarnos sin pareja? ¿o quiere decir que nos los turnamos? Eso querría decir que el número de relaciones a lo largo de la vida que mantiene un hombre tendría que ser unas siete veces superior que el de una mujer para que fuera proporcional y todas pillaramos cacho... Jummm...

Otra posibilidad, la tabú, la que nadie quiere ni ver (o eso dicen), es la de compartirlos. Si podemos compartir barra de labios... ¿no podremos compartir hombres? Muchas se horrorizarán ante semejante idea: "¡No!¡No!¡No!" Ya me parece oír a Abigail y Edurne escandalizándose. Dirían que eso es infidelidad y que el amor es único etc, etc, etc. Pero cuando hice la encuesta sobre el tema el poliamor ganó 13 a 5. ¡Zas! Es aplastante. Total que chicas, una de dos: o tomamos la filosofía de compartir es vivir... o empezamos a fabricar Jonny Deeps clonados. Personalmente la segunda idea me atrae más. Yo quiero dos.

Pero lo más curioso ¿sabéis qué es? Que los datos muestran que hay mayor número de mujeres infieles que hombres, solo que la de los hombres son más sonadas porque no tienen un mínimo de discrección y son capaces de ir por ahí con la bragueta abierta. Hace un par de días una chica me contaba la aventura que piensa correrse (muy apropiado el verbo...) con uno de los amigos de su novio. Lo tiene todo calculado al milímetro. Sin embargo también he sido testigo de algunas infidelidades de hombres, en serio, vaya chapuzas.

A mí se me ha acabado el café y también las ideas. Así que si alguien encuentra una solución al asunto que me la cuente. Mientras... solo me queda esperar los avances en el campo de la clonación.

jueves, 13 de mayo de 2010

Pasados muy presentes, y presentes indiferentes

Salió del local y miró a su alrededor. La encontró en el parque de enfrente, columpiándose, mientras que con la cabeza echada hacia atrás miraba las estrellas en el cielo. Ella lo oyó acercarse y se echó hacia adelante mientras su pelo se mecía al compás del balanceo. Le sonrió; y cogiendo impulso, saltó. El golpe de los pies contra el suelo le hizo componer una mueca de dolor, que no era más que una ligera sombra de todo el que se escondía en su corazón.

Se acercó a él mientras pintaba su cara con una sonrisa de quita y pon, de esas que no duran más que un esmalte de uñas barato. Él la saludó con la cabeza.

-¿Qué? ¿y qué tal?-Se arrepintió nada más las palabras salieron de su boca. Siempre hablaba atropellada delante suyo. Y siempre acababa arrepintiéndose.

-Muy bien.-Respondió él.

Él siempre estaba bien. Y ella siempre mal, se dio cuenta. ¿Cómo era posible que después de todo él siguiera igual que siempre? ¿Que ni la echara de menos? ¿Que ni hubiera tenido siquiera uno de los miles de bajones que ella había tenido? ¿Sería posible que ella hubiera dejado tan poca huella en él?, se preguntó triste. Definitivamente, parecía ser verdad.

-Bueno, entonces ¿de qué querías hablar?-Interrumpió él sus pensamientos.

Ella pensó en las miles de veces que se había imaginado ese momento, en las miles de cosas que había pensado decirle, o incluso en el beso que había pensado robarle. En ese momento todas esas cosas le parecieron estúpidas.

-En realidad, de nada en particular. Solo quería charlar, como solíamos hacerlo antes.-Intentó despreocupada.

-Ah, vale.-Dijo él, no demasiado entusiasmado y ni siquiera un poco interesado.

-Pero la verdad es que tengo prisa y están las chicas esperándome. Así que ya nos veremos. Ala, adiós.-Y se fue. Con caminar tranquilo y seguro, bella y altanera; se fue.

Se había dado cuenta. Él seguía adelante, él estaba "muy bien". Ella había quedado en el pasado. Y eso la hizo sustituir su pena por rabia, y su amor por indiferencia. O eso era lo que ella pretendía. Pero le vinieron a la cabeza las palabras de un tal Cervantes:

Más vale la pena en el rostro que la mancha en el corazón

Ay cuanta razón tenía. Así que, cuando dobló la esquina, se echó a llorar. ¿A quién pretendía engañar? Ella lo amaba. Y eso le llevaría su tiempo cambiarlo.

martes, 11 de mayo de 2010

Desayunos de besos

Tic-tac, tic-tac. El reloj me estaba poniendo de los nervios. Necesitaba levantarme pero ya. Es lo que tiene el insomnio. Con mucho cuidado aparté su brazo, me levanté y salí de la habitación. Fui a la cocina y vi que era la primera en levantarme. Me preparé un café y empecé a ver la tele mientras me lo tomaba.

La minúscula caja emitía una serie americana, de esas que pretenden ser progres pero gustando a todo el mundo, con un toque romántico y mucha comedia. Ese día tocaba un capítulo de lo más edulcorado. La protagonista preparaba el desayuno a su novio, amante o lo que leches fuera y se lo llevaba a la cama; y después de un romántico desayuno en la cama acababan haciendo el amor durante horas.

Parecía una señal, una especie de forma de inspiración divina. Suspiré y miré desde el sofá la cocina que quedaba a mi espalda.

Quince minutos más tarde entraba de nuevo en nuestra habitación. Me acerqué a la cama, y tanteando en la oscuridad lo encontré, para acto seguido subirme encima de él a horcajadas. Él, medio despierto, deslizó sus manos a lo largo de mi cuerpo buscando mi cara. Me incliné y le di un beso suave en los labios mientras él abría los ojos y a los dos se nos acostumbraban a la oscuridad.

Sentada así sobre él comencé:

-¿Sabes?

-¿Qué?-me acarició la pierna izquierda.

-Me había levantado y estaba viendo la tele, y aparecía una serie en la que una chica le prepara el desayuno a su chico. Todo así super bonito, casi como para vomitar, desayunan en la cama y luego hacen el amor durante horas...

-Aaa. Así que ¿me has preparado el desayuno?-Me pregunta sonriendo mientras se apoya en los codos para poder alcanzar a besarme. Le pongo un dedo en los labios parándolo riéndome.

-En realidad no. No me has entendido. La parte importante es la de después del desayuno...-digo maliciosa deslizando mi mano por su tripa hacia abajo.

-¿Y eso no debería venir después del desayuno?-pregunta divertido.

-Mmm... ¿tienes hambre?-Enarco una ceja-Porque si quieres nos levantamos y...-Digo mientras hago amago de levantarme.Pero él tira de mí mano hasta dejarme tumbada sobre él.

-En realidad no. Creo que me saltaré el desayuno. Tengo hambre... hambre de ti.

Y estuvimos comiéndonos a besos y demás el uno a otro durante horas y horas. Hasta reventar.

lunes, 10 de mayo de 2010

Un sueño sin fin

Es la última vez que te lo repito. No vuelvas. No vuelvas a meterte en mi cabeza. No vuelvas a perturbarme cuando estoy en los brazos de Morfeo. No, y no. Llevas viniendo cada noche durante semanas, sin tregua, y ya estoy harta. Harta de tener que verte, oírte y podría decir que hasta sentirte.

Harta de sentir las lágrimas rodando por mi cara y tu mano acariciándome mientras las secas. Harta de tus ojos que me miran amándome. Harta de esa sonrisa permanente de aires de suficiencia que tanto sabes que me gusta. Harta de tu brazo alrededor de mi cintura. De tu piel, de tu calor, de tus labios.

Pero sobre todo harta de despertar. Harta de despertarme desorientada buscándote a mi lado, para darme cuenta después, de que no estás. Harta de levantarme queriendo que nuevamente la noche llegue para poder volver a estar a tu lado. Harta de vivir en mis sueños y morir en mi realidad.

Así que por favor, te lo vuelvo a suplicar: no vuelvas. No vuelvas ofreciéndome el paraiso para después sacarme a rastras de él. Y si no me haces caso, si decides volver, si decides vagar como un fantasma por mis sueños, si decides llevarme en volandas todo lo lejos que nos permita mi imaginación, entonces...

Entonces, solo me queda suplicar por no despertar jamás.

domingo, 9 de mayo de 2010

Todo sigue igual

-¡Hey nena! ¿Te doy una vuelta?-Le digo sonriendo. Me mira extrañado e intenta descubrir quien soy debajo del casco. Continúo-Entonces, ¿qué? ¿No te animas?

-¿Quién eres?

-Joder tío, te creía mas listo eh-Le digo mientras paro la moto. Bajo de ella y me quito el casco. Se queda pasmado mirándome.

-¿Que haces tú con moto?-Mirándola de arriba abajo- ¿Cuando y para qué te has sacado el carnet de moto ahora?

Le miro reprobadora y pongo los brazos en jarras.

-Bah, me sobraba tiempo durante las vacaciones-Me apoyo en mi bestia y cruzo los brazos enfadada.-¿De verdad me estás diciendo que esto es lo único que te llama la atención de verme hoy?-Digo señalando la moto.

-¡Astrid! ¡Es una Honda CBR1000RR! No entiendo como puedes llamarlo "esto"...-Dice con los ojos como platos.

-Y yo no entiendo como eres capaz de pronunciar el modelo que es y a mí que llevo ya dos meses con ella se me olvida la marca... ¡Pero lo que todavía me puedo creer menos es que no te des cuenta de que me he teñido el pelo!

Automáticamente al oir eso levanta los ojos de la maquina y me mira la cabeza:

-¡Hostias! ¡Si es verdad! Pero tampoco ha sido un cambio muy radical ¿no? Se te ve... más rubia.

-Pero ¿qué te parece?-Digo mientras me lo echo hacia atras y me quito la chaqueta de motorista.

-Te queda bien, te queda muy bien.-Dice sonriéndome-Y se te ve más morena. Ya no pareces un vampiro-Se ríe mirándo el increible contraste de mis piernas con el vestido blanco. Picada me acerco e intento empujarle pero me agarra las muñecas y me inmoviliza dejándome a diez centímetros de su cara.

-Ya no soy un vampiro pero no olvides que todavía puedo chuparte la sangre...-Le replico levantando una ceja y pasándome la lengua por los dientes. Acerco mi cara a la suya y noto como se acelera. Con un rápido movimiento cojo y le lamo en plan baboso toda la mandíbula izquierda hasta el ojo. De la sorpresa me suelta para limpiarse y yo aprovecho para protegerme detrás de mi moto mientras me río.

-Ai cuando aprenderás....-Me vuelvo a reír mientras él me mira resentido quitándose las babas de la cara, pero pronto sonríe.

-En fin, visto lo visto, viendo como me tratas creo que me voy a ir que encima llego tarde.-Dice mirando la hora en el móvil.

-¿Y a donde vas si se puede saber?

-A jugar a fútbol con los tíos. Las tías creo que también van a ir ¿las has visto desde que has vuelto?

-Qué va. Acabo de llegar.

-¡Pues vente!

-¿A qué? ¿A hacer de animadora? No gracias. Sabes que me aburre muchísimo, y encima si estais ya todos destrozados de tanto alcohol y drogas, no podréis ni correr.-Le contesto riéndome.-Mañana quedaré con las chicas, hoy me apetecía perderme por hay, he oido que hay fiesta en la playa esta noche...-Le digo con actitud despreocupada.

-Sí, en realidad empezará pronto porque ya va a oscurecer...

-Pues no sé... quizás vaya... ¿te vienes?

-Con una condición. Que me dejes conducirla-Dice señalando la moto.

-¿Qué? ¡Ni de broma!

-Venga, tengo carnet desde mucho antes que tú-Dice rodeando la moto y agarrándome de los hombros-Además...-va bajando sus manos hasta mi cintura y yo me quedo muy quieta. Se para un momento mientras siento su respiración en mi oreja, cierro los ojos y continúa bajando hasta que su mano se desliza por debajo de mi corto vestido-luego dejaré que tú me conduzcas a mí...

Abró los ojos y lo aparto con una carcajada.

-Ni lo sueñes nene...-Me río con los brazos en jarras.

-Venga si lo estás deseando... Las dos cosas.-Sonríe malicioso.-Prometo portarme bien.

-No, no, conduzco yo y luego ya se verá qué, cómo y bajo que circunstancias te dejaré conducir a ti...

-Mmm... empiezo a perder el interés por la moto-Dice burlón-¿Exactamente a quién me vas a dejar montar o conducir?-Se ríe el solo mientras enciende un cigarro. Me contagia las ganas y me enciendo yo otro.

-¿Y el partido?-Le pregunto.

-Ya encontrarán a alguien que me sustituya-Le resta importancia.

Me apoyo en la pared junto a él y damos un par de caladas en silencio. Me mira de reojo y comenta:

-Astrid ¿sabes? La verdad es que estás muy cambiada-Sonríe.

-No sabes tu cuanto-Replico sacándole la lengua. Nos reímos y seguimos fumando. Yo le miro de reojo y pienso en lo poco que he cambiado realmennte.

En lo poco que importa que ahora conduzca esa dichosa bestia, esté morena o me haya teñido de rubia. Sigo igual. Igual de loca que la primera vez que me condujo y le conduje. Igual de loca por conducirle de nuevo.

Astrid, demasiada prisa

-¿Entras?

-Mmm no, creo que mejor me voy ya.

-Vale...

-Pues eso, dame un abrazo al menos ¿no?-Y sin darle tiempo a decirme nada lo abrazo y me mantengo ahí así hasta que consigo contener mis lágrimas, entonces me separo y le miro a la cara. Las lágrimas siguen intentando aflorar pero yo no las dejo. Intento decir algo, algo que de sentido a todo esto, pero no lo consigo. Mi garganta se ha trabado, me duele incluso tragar. No puedo dejar de pensar en que si abro la boca solo la cagaré más así que sonriéndole le doy dos besos y le digo que se lo pase bien. Él, en un intento de normalidad, me dice lo mismo y sonríe. Nos despedimos con una sonrisa que desaparece de mi cara a la vez que él desaparece de mi vista.

Ando por la calle y voy tarareando algo triste. Miro al frente y veo a David. Me paro un momento para abrazarle.

-¿De donde vienes?-Me pregunta.

-De dejarlo.-Le contesto rápida.

-¿Sí?

-Aixx... sí. Bueno tiro para casa ¿vale? Ya estaremos.

Me despide con la mano pensativo, yo solo quiero irme de allí rápido, llegar a mi refugio y olvidar todo. Sigo tarareando y sonrío. No ha sido para tanto, pienso. No duele tanto. Me encuentro bien, es más, estoy feliz. Es como haberse quitado un peso de encima.

Pero todavía no sé lo que me espera, todavía no sé lo mucho que yo misma me he quitado.


And guess what
I'm having more fun
And now that we're done
I'm gonna show you tonight
I'm alright, I'm just fine

David y patatas para una noche perfecta

Andaba tarareando mientras miraba al suelo. Levanté la vista y lo vislumbré entre los focos de las farolas todavía encendidas. Parado, justo donde habíamos quedado. Nuestras miradas se cruzaron y le sonreí, como una niña pequeña el día de navidad, mientras aceleraba el paso. Él puso los ojos en blanco y meneó la cabeza con aire reprobador. Llegué hasta donde estaba y me eché encima de él a abrazarlo y darle dos besos, uno por mejilla. Se rió y me abrazó.

-Estás borrachísima.-Intentaba echarme la bronca pero en el fondo notaba un matiz de envidia en su voz.

-Mmm... Normalmente utilizaría algún argumento lógico y completamente devastador para echar por tierra tu afirmación pero hoy voy a ignorarte.-dije mientras levantaba la barbilla con dramatismo, pero sonriendo. Él volvió a reirse.

-No utilizas ningún argumento lógico precisamente por eso, porque estás borracha.-Me rebatió.

-¡Mentira listo! ¡Además sabes que soy igual de inteligente borracha que sin emborrachar!

-¿Ves? No coordinas, tú misma te contradices y no haces más que decir tonterías.

-Por eso. Es lo que hago habitualmente, lo cual demuestra que no estoy borracha, o... también podría significar que soy una alcohólica y me paso el día borracha...-Levanté las cejas sonriéndole, queriéndole demostrar mi capacidad lógica-Pero además-añadí cambiando de tema- ¿No íbamos a ir a comer algo? ¡Tengo hambre! Tengo un antojo de patatas fritas que lo flipas...

Se descojonó y entre risas consiguió añadir:

-O sea que encima de borracha, estas todo morada de los porros ¿no?

-¡Algo tenía que hacer! ¡Me has abandonado!

-Oye que yo no tengo la culpa, tenía partido. Haber cuando coño nos cambian los horarios que estoy hasta los cojones de no salir los sábados.

-Pues eso mismo digo yo. Que ya echo de menos esas charlas de borrachos perdidos por las calles mientras el resto se desvanece. Cuando soy yo la única que está bebida no tiene ni la mitad de gracia. ¿Vamos a por la comida?

Fuimos a una extraña tienda en la que yo nunca había estado, compramos dos recipientes gigantes de esos para llevar de patatas, uno para cada uno, y cerveza para él y agua para mí. Me tocó pagar por haber perdido alguna estúpida apuesta que hice con él sobre el kebab de la esquina, deberían prohibirme apostar borracha. Nos dirigimos al paseo del embarcadero y nos sentamos en un banco. Solo los coches que pasaban por la carretera interrumpían el perfecto silencio.

-Bueno y ¿qué tal te va la vida?-Me preguntó mientras esparcía el ketchup.

-Pues lo de siempre ya ves. Llendo y viniendo, más o menos como siempre.-Le sonreí mientras le ofrecía mi bolsita de ketchup, odio el ketchup.- ¿y tú?

-Más de lo mismo, con ganas de fiestas.

-¡Quién no!

-Y con él, ¿ya lo has solucionado todo?

-Qué va, pero ya paso. Estoy bastante harta-dije atacando mis patatas.-Con lo fácil que era la vida antes...

-Pues sí, pero tú has elegido que sea así eh...-Me dijo acusándome con el dedo.

-¡No! Tú sabes muy bien lo que yo quería, pero ha sido una trampa de la hostia. Yo solo quería estar con él sin ataduras, sin tonterías... pero lo quería demasiado como para no darle lo que él quería.-Nos quedamos mirándonos un segundo.-Lo sé. Es completamente patético y estúpido...

El bajó la mirada a sus patatas, guardándose las palabras para sí mismo.

-Yo no voy a decir nada, ya sabes que es cosa tuya.

-No, si ya lo sé.-Seguí con mis patatas mientras él me ofrecía cerveza. Negué, no me gusta. Incluso borracha sería incapaz.

Terminamos de comer y miré la hora.

-¡Hostias! ¿Has visto qué hora es? Joder, estos me van a matar... Les había dicho que para las dos o así aparecería por el local...

-¿Pero tienes que irte a casa a algo o qué?

-¡Qué va! Pero las chicas me van a matar, me he largado del bar antes que ellas para venir aquí y les he dicho que luego iba pronto y nos veíamos... Venga vamos, creo que todavía pillo el metro.

Suspiró sin ningunas ganas y se levantó. Íbamos rápidos por la calle, en silencio. De repente me di cuenta.

-¿Qué haces? Tú casa queda para allí-Señalé con el dedo una calle que ya habíamos pasado.

-Te acompaño hasta el metro boba.

-No tengo tres años, puedo ir sola-dije poniendo los ojos en blanco.-Sabes que no soy así, no necesito escolta, estate tranquilo y pírate.-Le dije sonriendo. Lo abrazé y le dí dos besos.

-Venga, cuídate y ya estaremos.-Dijo parado, viendo como me iba

-¡Sí!-Exclamé dándome la vuelta para saludarle por última vez mientras me iba todo lo rápido que podía sin caerme.

Llegué al metro y vi que todavía faltaba un rato para que llegara. Encendí un cigarro y me lo fumé despacio, sin prisa. Estaba siendo realmente una noche perfecta. Siempre lo era cuando estaba con él. Él me entendía, o por lo menos, no se asustaba por no entenderme. Ni pretendía cambiarme.

Una noche completamente perfecta, volví a pensar mirando hacia el cielo. Di otra calada al cigarrillo mientras le sonreía a la luna.

sábado, 8 de mayo de 2010

La desgracia de estar bien

-¿Qué tal estás?

-Bien.

-¿Qué te pasa?

-¡Nada! ¡Pero si te he dicho que estoy bien!

-Por eso precisamente, venga, cuéntamelo. Haber, qué es lo que te pasa.

Y ese fue el comienzo de una larga charla.

Completamente lógico

-No me creo que sea el único. Di lo que quieras pero no me lo creo.

-¿Pero por qué no te lo crees? ¡Es la verdad! Solo hay uno en mi vida y es él. Es el amor de mi vida.-Le contesté sin pensar. Pero Abigail seguía insistiendo en que no se lo creía y a mí eso me exásperaba. No porque me importara que ella lo dudara, o por tener que repetírselo diez mil millones de veces, o porque pensara eso por rumores absurdos. No. Me exasperaba porque era cierto.

Era absoluta y completamente cierto. Solo le quería a él. Y eso me jodía infinitamente. No podía dejar de pensar en ello. ¿Cómo había llegado a esa conclusión? De ninguna manera. De ninguna fría, racional y comprobable manera. Simplemente me había surgido de algún recóndito lugar de mi ser, y desde aquel momento supe que era cierto con la misma certeza que sabía que dos más dos siempre hacen cuatro. Que era lo lógico, lo natural.

Que era lógico que el fuera ser el amor de mi vida aun sin saber los que me depara conocer el futuro. Que era natural que nunca fuera a sentir con tanta intensidad a nadie. Y entonces suspiré, porque eso quería decir que nunca volvería a sufrir como ahora lo hacía.

jueves, 6 de mayo de 2010

Nostalgia de un baño

-¡Ei! ¡Astrid! ¡Astrid!-oigo susurrar al otro lado de la puerta, mientras estoy en uno de los cubículos del baño. La voz misteriosa sigue adelante, alejándose de donde estoy hacia los del fondo. Tiro de la cadena y me arreglo la ropa. Cojo el bolso y abro la puerta mientras me lo coloco en el hombro. Salgo y antes de que pueda gritar me encuentro de nuevo dentro con la boca tapada por su mano. Le miro asustada y me relajo al ver quien es. Me sonríe y me quita la mano de la boca.

-¡Me has asustado imbécil!-Digo mientras sonriendo le pego un puñetazo en el hombro y me escabullo fuera del baño por debajo de su brazo. Rápida, cierro la puerta del cubículo. Sé que solo tengo unos segundos porque él es demasiado rápido y fuerte como para dejarlo encerrado. Salgo de los lavabos presurosa y al momento lo tengo ya caminando a mi lado.

-Te faltan reflejos eeh-le pincho.

-¿Y lo dices tu? Si te he atrapado antes de que siguiera te hayas dado cuenta.

-Mmm... no ha valido, estaba despistada-digo mientras pongo cara de circunstancias- Además-cambio de tema rápido- ¿tú no deberías estar haciendo algo? No sé, trabajando o trapicheando por ahí...

-Me he tomado el día libre para venir a ver esto. No está nada, pero que nada mal Astrid... joder...-Dice señalando a su alrededor.

-No... la verdad es que no...-digo aburrida.

-¿Qué pasa? ¿No era esto lo que tanto querías?-Se detiene a mirarme.

-Bueno sí, claro que sí, lo que pasa es que echo de menos lo de antes...-Miro al infinito, con esa nostalgia permanente en mi mirada.

Salimos a los jardines de la parte de atrás y avanzamos en silencio por el sendero entre los árboles. Hace un día precioso, sin una sola nube en el cielo. Miro hacia arriba disfrutando de la luz y el aire, sonriendo. Lo miro. El verano le ha sentado bien, está más moreno que nunca y lleva esos vaqueros rotos... El mismo me saca de mis pensamientos.

-Sí, en el fondo te entiendo. Entiendo que eches de menos lo de antes -Lo miro sorprendida- Es que los baños no son la mitad de buenos eeh...-se explica sonriendo malicioso y burlón. Lo pillo y tardo medio segundo en darle un empujón. Aun así le contesto sonriendo:

-¡Idiota! ¡No me refería a... a eso!

-Sí, claro-sigue riéndose, mientras; avanza poniéndose fuera de mi alcance.-¿Estás segura? Mmm...-Dice mientras con una sonrisa mala retrocede hasta quedarse a un metro de distancia de mí.

-¡Por supuesto!-Digo alzando la barbilla, superior- Ahora soy una mujer adulta.

-Ya, eso ya lo veo-Se ríe mirando mi falda de tubo y los tacones altos- Pero debajo de toda esa parafernalia sigues siendo la misma jajaja....

Me limito a finjir que lo ignoro y a seguir andando. Él, un metro por delante, anda hacia atrás mirándome con su mejor sonrisa de chulo. Antes de pensar siquiera que es lo que hago intento agarrarlo para darle una buena tunda por haber hecho que me sonrojara, pero él rápido, se aleja riéndose.

-¡Venga Astrid! Tendrás que esforzarte un poco más si de verdad quieres pillarme. Sigues igual de lenta que siempre-se burla.- pero bueno por lo menos lo intentas...

-Ahora verás-Perdiendo ya completamente la compostura me quito los zapatos y los dejo con el bolso en la hierba del borde del camino. Se ríe y se aleja unos cuantos metros más mientras me grita:

-¡Pues sí que echas de menos los viejos baños! Bueno, ¡a la compañía en los baños!

Me agacho, cojo uno de los zapatos y se lo tiro a la cabeza mientras me sonrojo. Lo esquiva y se ríe.

-¡Vamos Astrid! Demuéstrame que sigues siendo tú...-Y sale corriendo con el zapato en la mano.

Me quedo quieta un momento antes de echar a correr. Lo miro, a él y a sus vaqueros rotos... "Joder, como echo de menos ese baño..."Pienso, y salgo corriendo tras de él mientras una sonrisa pinta mi cara.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Dejemos pasar el tiempo

Me sentía como en una nube. Los primeros rayos de sol se colaban por la ventana entreabierta, mientras yo con los ojos cerrados y enredada en las sábanas, sonreía mirando al techo y disfrutaba con las caricias de su mano por mi pierna. De repente un pensamiento me asaltó y me puse de lado, apoyándome en el codo, dispuesta a compartirlo con él:

-¿No te gustaría que se detuviera ahora el tiempo?-le dije mientras acariciaba su mandíbula. Pensativo y serio me contestó:

-Mmm no, la verdad es que no...-Me dio un beso rápido y fue después hacia la cocina.

Me dejé caer en la almohada, entre enfadada y temerosa de qué sería lo que había ido mal. Deseché la idea sacudiendo la cabeza. No, si algo iba mal no era culpa mía y la noche pasada había sido genial, de eso estaba segura. Así que decantándome por el enfado inmisericorde contra él por su destructiva respuesta; me senté apoyada contra el cabecero, con las piernas encogidas y los brazos cruzados, mientras fruncía los labios. Entonces lo vi llegar por el rabillo del ojo. Llevaba una taza de café en cada mano, podía incluso olerlo.

Se sentó en el borde de la cama y me ofreció una de las tazas. Frunciendo los labios todavía, negué con la cabeza y seguí en la misma posición. Él riéndose la dejó en la mesilla.

-¿Qué te hace tanta gracia?

-Tú.

-Oh me alegra resultarte graciosa al menos.-Dije balánceandome mientras se me hacía agua la boca ante el olor del café recién hecho- ¿Y porqué te resulto tan graciosa?

-¿Y porqué yo te cabreo tanto como para que no quieras ni el café por la mañana?

-Yo he preguntado antes, venga, contesta.

-Antes tú.

-No.-respondí enfurruñada.

-Pues vale.

Y nos quedamos en silencio. Yo sin saber donde mirar y los labios fruncidos, y él observándome mientras se bebía su café. Al final con un repentino impulso, las palabras salieron despedidas de mi boca sin poder aguantar más.

-Vale está bien, es que no lo entiendo... cuando has dicho antes que no te gustaría detener el tiempo, ¿lo decías en serio?

-Claro.-Dijo divertido.

-¿Por qué?-Salté enfurruñada. Y al final las palabras que me tenían tan preocupada se atrevieron a salir de mi boca: es que... ¿es que no ha estado bien? quiero decir ¿no estamos bien?

Me miró divertido por encima de su taza y tardó unos segundos en responder:

-Detener el tiempo es lo que menos me gustaría en este momento. Solo quiero que siga pasando y pasando...-Se tomó unos segundos, mientras yo contenía las lágrimas y la rabia que me inundaba- porque, ¿te haces a la idea de la de ocasiones de hacer el amor que perderíamos sino fuera así? Quiero que el tiempo siga pasando y pasando; para que podamos bebernos el café por las mañanas, fumarnos el cigarro en el balcón y hacer el amor una y otra vez.

Me agarró de la barbilla y riéndose ante mi cara sorprendida me dio un beso corto, pero apasionado, de esos que te dejan con ganas de más y volvió a irse a la cocina a por otro café antes de que yo pudiera decir nada. Me quedé quieta un par de segundos, sonriendo, antes de coger mi taza de la mesilla, beber un sorbo y pasarme la lengua por los labios saboreándolo.

Me encanta el sabor del café por la mañana, sabe a... a tantas cosas...

martes, 4 de mayo de 2010

Porro no es igual a polvo

Pasamos tanto tiempo con ellos que a veces, a mí por lo menos, se me olvida el poder que tienen los tíos de sorprenderme. En serio, me fascinan. Todavía no sé como no se ha creado un grupo de antropólogas que se dedique a investigarlos es su habitat natural: ya sea el bar, el sofá o el gimnasio. En fin, de momento la ciencia ha decidido que es más interesante seguir estudiando a los monos (¡mala suerte chicos!).

Ayer fue Edgar el encargado de hacer que me descojonara. Cuando me aburro suelo jugar con él un rato. Oye, hay quien ve la tele, se vicia a los juegos del facebook, se pinta las uñas o dibuja garabatos. Yo tengo a Edgar. Además las nuevas tecnologías me permiten hacerlo desde la comodidad de mi casa y a cualquier hora del día. Total, que así es como me entretengo cuando me aburro.

Y ayer me aburría. Me aburría y mucho. Así que abrí el msn y ¡bingo! Ahí estaba conectado. Le abrí una ventana y lo saludé lo mas efusivamente que se puede saludar a alguien por msn. Pero me entró el hambre y me fui a la cocina a por algo. Así que me fui a la cocina dejando el ordenador tal cual estaba. Total, que para cuando llegué me había saludado ya, pero se había ido. En fin, me tendría que consolar con la compañía de mi sandwich... bueno, tampoco era tan trágico, al fin y al cabo las funciones cerebrales del sandwich y de Edgar eran similares.

Me terminé mi sandwich y empecé con un par de cosillas que tenía que redactar para el día siguiente hasta que de repente Edgar se conectó y me abrió una ventana saludándome otra vez. Así que empezamos a hablar, bueno yo a jugar... y lo peor es que él se cree que a ligar. ¿Que me lo veía venir? Ja, por supuesto, cuando el va yo ya he ido y vuelto a la pata coja y con tacones, pero es que me gusta marearlo que es lo divertido.

Lo sé, soy mala... y me encanta. Total que a ratos pasaba de lo que me decía y otras me mostraba de lo más interesada, y al final acabó por emocionarse (WHAT FUCKING SHIT HAS HE IN THE HEAD??!!). Se emocionó y empezó a preguntar: podíamos quedar un día ¿no? Nos fumamos un porro, estamos un rato y tal... Hace tiempo que no estamos juntos y tal... blah, blah, blah.

Oye el plan mola. Fiesta, un porro... bueh, ¿por qué no? Y eso le dije. Y ya acabó por decidir tirarse a la piscina: y podíamos liarnos!
Pero se le olvidó comprobar que la piscina tuviera agua... Ai, cuando aprenderá...: No gracias ya sabes que yo no quedo para esas cosas, esas cosas surgen, pero lo del porro si que me apetece.

Y acto seguido me despedí dejándole con dos palmos de narices. Lo de "esas cosas surgen" lo añadí porque aunque las ondas cerebrales de mi sandwich fueran mayores que las suyas sé que interpretará esas palabras de la manera correcta y llegará a la conclusión de que no está todo perdido (así es él de optimista), algún día coincidiremos... y así, ese día, ya sé que tengo porros fijo. Pero lo que sé que él todavía no ha pillado ni llegará nunca a pillar, es que sí, el porro nos lo fumaremos pero es lo único que va a tener en la boca.

Cielo mío, porro no es igual a polvo. Mi sandwich lo habría pillado.

lunes, 3 de mayo de 2010

Preguntando al personal, vol. I: ¿Se puede estar enamorad@ de dos personas al mismo tiempo?

En circunstancias normales lo que la gente opine sobre estos temas me importa tanto como que Plutón al final sea o no planeta(aunque que dejen de marear ya el asunto dios), principalmente porque a estas alturas tengo asumido que no demasiada gente comparte mi perspectiva del asunto y es inútil discutirlo. Ni ellos me van a cambiar, ni yo voy a intentar cambiarlos a ellos. Total, que suelo preferir no discutir estas cosas.

Pero llevaba una semana dándole vueltas al asunto: ¿se puede o no se puede? Y como ni yo misma lo tenía muy claro he decidido usar el método encuesta. Es rápido, sencillo, y a la gente le encanta contestar encuestas (menos las telefónicas claro). En serio, les encanta. Hoy un par casi se me echan encima.

Así que como he encontrado mucha colaboración al respecto he pensado en empezar a hacerlo más a menudo, siempre es curioso. La verdad es que esperaba el resultado contrario. Esperaba a princesitas que esperan a su ÚNICO príncipe azul, pero parece ser que incluso las princesitas bailan con más de uno en el baile. He aquí los resultados:



Gana el SI 13 a 5. I think so. Bueno y luego está Edgar con su "no sé"... cielo mío, con lo que no sabes se podrían escribir unos cuantos libros, los suficientes como para llenar la biblioteca de la universidad de Salamanca... pero en fin. Me habría gustado hacerle la pregunta a más gente pero la comunicación está... bien, vamos a dejarlo en difícil.

Lo que más me ha sorprendido es que la gente se muestre tan rotunda en el sí porque sé que ni la mitad de ellos se esperan la consecuente pregunta que va a tener su respuesta. Ya veremos sus caras... y sus respuestas. Yo sigo apostando por el sí, incluso conociendo la siguiente. Bueno, ¿y tú que opinas?

domingo, 2 de mayo de 2010

El plan anti-plan

Realmente sigo sin entender por qué ni para qué hago yo planes ¡si nunca sale nada como quiero! Todo hay que decirlo, a veces me salen mejor, de tal manera que al día siguiente cuando me levanto de la cama tengo que llamar a algunos testigos para que vengan a declarar bajo juramento que todo pasó tal cual lo recuerdo, rellenen mis lagunas mentales y analizemos juntos minuto tras minuto la noche. Solo entonces me quedo tranquila. ¡Pero no siempre es así! Otras veces mi plan no es que no salga perfecto, es que fracasa estrepitosamente explotándome en la cara como una gran bomba; provocando que pase el día siguiente vagando por la casa con una manta sobre los hombros y un cuenco de cereales como consuelo.



El plan de ayer era sencillo: salir, beber y disfrutarlo. Salí y bebí, eso no me lo quita nadie. Pero lo de disfrutarlo ya es otra cosa.



Al principio todo iba más o menos bien, amigos y risas, muchas risas. Hasta que todo empezó a torcerse. Podría montar un drama y decir que entre unos y otros la liaron tanto que hubo malos rollos, miradas asesinas y lenguas de habla mortales a lo largo de toda la noche, así como algún que otro demasiado afectado por el alcohol que terminó más mal que bien la noche.



Pero entonces sería la dramática princesa que se desespera ante una mala noche. Y... me niego a eso. No, no y no. Porque ninguna de las veces que estuve a punto de optar por ponerme a gritarles a todos para que se comportaran vale una décima parte de lo mucho que me hicieron reír. Así que me pongo a nadar en las lagunas (¡y mares!) mentales de esta pasada noche y me ahogo de la risa. Porque quién me iba a decir a mí que me iba a poner gallita e iba a acabar diciéndole a un tío que me saca veinte centímetros de alto que si se iba a atrever a pegarme. O que iba a dejar que me torturaran garabateándome el antebrazo con una dedicatoria sincera y preciosa que tardará su tiempo en borrarse. O que en vez de cenar en el restaurante acabaría haciéndolo en la calle descojonándome de mí misma. O que dejaría que mi Yara me peinara y repeinara una y otra vez para luego encerrarnos en un baño de metro y medio por metro y medio para sacarnos fotos y más fotos.



No. Ninguna de esas miles de cosas entraba en mis planes. Y quizás fuera lo mejor. Si no no habrían tenido ni una pizca de gracia. Desde luego fue el plan anti-plan perfecto.



PD para anónimo: ¡me alegra muchísimo que te guste el blog! i´m sorry, no puedo poner la edad. Dices que te identificas con lo que escribo, es genial es uno de los objetivos ;) pero si dijera la edad quizás habría gente que dejaría de hacerlo perdería la magia, pasaría a ser demasiado mayor o demasiado joven... Besitos!


sábado, 1 de mayo de 2010

No estoy para ti

Lo siento. Astrid se encuentra apagada o fuera de cobertura. O lo que viene siendo lo mismo. Siendo sábado tiene planeado salir a emborracharse y a celebrar que sigue viva. Si usted está llamando entre las cuatro y las seis de la tarde lo más probable es que ella se encuentre en la ducha o arreglándose el pelo, y que la música a todo volumen y sus gritos desafinados al ritmo, no le permitan oírle. Si usted está llamando entre las seis y las doce de la mañana siguiente, Astrid probablemente esté emborrachándose, bailando, riéndose, y en las últimas horas, quizás ya durmiendo a pierna suelta, sin haberse desmaquillado y los vaqueros todavía puestos.
Ante la imposibilidad de que usted tenga ningún plan mejor que ofrecerle le sugiero que intente contactar con ella otro día..., o nunca si lo prefiere. Ella lo prefiere.

Retazos de una vida pasada, pero no por ello menos válido.

Que no te engañen. No existen los cuentos de hadas, las princesas viven en cuentos de terror. Cuentos donde nadie dice lo que piensa, ni hace lo que desea; sino lo que se supone que tiene que decir y hacer. Allí, los vestidos y zapatos son incómodos, no dejan correr; ni vivir en realidad. Los príncipes no son tan buenos y no protegen, solo aprisionan y ahogan. Los dragones a su lado son una bendición, y es que por lo menos a esos puedes odiarlos. Porque el problema comienza cuando quien amas es quien te está matando por dentro.