Soul of music.
astrid.rhys.jones@hotmail.com
domingo, 27 de marzo de 2011
Desde mi primer lío lésbico hasta el desastre del domingo
Hoy es uno de esos días en los que me apetece llorar. No entiendo, o no sé manejar, lo que pasa a mi alrededor. Siento a todo el mundo lejos. Me siento diferente. Y quizás lo sea.
He tenido mi primer lío lésbico. Fue extraño como poco. Diferente, en gran medida. Algo inexplicable, labios femeninos y alcohol. Aunque no sea lesbiana, ni siquiera bisexual (que yo sepa), no me arrepiento. Y es que fue divertido, el morbo de lo diferente, de la aventura. Algo que muchos y muchas se niegan a si mismos por prejuicios y demases. El sábado tuve una charla increíblemente larga con Bucay, que me dio muchísimo que pensar.
Ahí todavía la cosa estaba bien, iba bien. Quizás fue cuando me sentí aislada de las chicas, quizás cuando el trabajo empezó a llegarme al cuello y el estrés me comía. Quizás fue entonces, quizás es solo que hoy es domingo. Quizás mañana todo esté bien. O quizás no, lo más terrible es que me da igual.
He tenido mi primer lío lésbico. Fue extraño como poco. Diferente, en gran medida. Algo inexplicable, labios femeninos y alcohol. Aunque no sea lesbiana, ni siquiera bisexual (que yo sepa), no me arrepiento. Y es que fue divertido, el morbo de lo diferente, de la aventura. Algo que muchos y muchas se niegan a si mismos por prejuicios y demases. El sábado tuve una charla increíblemente larga con Bucay, que me dio muchísimo que pensar.
Ahí todavía la cosa estaba bien, iba bien. Quizás fue cuando me sentí aislada de las chicas, quizás cuando el trabajo empezó a llegarme al cuello y el estrés me comía. Quizás fue entonces, quizás es solo que hoy es domingo. Quizás mañana todo esté bien. O quizás no, lo más terrible es que me da igual.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Retazos de una vida pasada, pero no por ello menos válido.
Que no te engañen. No existen los cuentos de hadas, las princesas viven en cuentos de terror. Cuentos donde nadie dice lo que piensa, ni hace lo que desea; sino lo que se supone que tiene que decir y hacer. Allí, los vestidos y zapatos son incómodos, no dejan correr; ni vivir en realidad. Los príncipes no son tan buenos y no protegen, solo aprisionan y ahogan. Los dragones a su lado son una bendición, y es que por lo menos a esos puedes odiarlos. Porque el problema comienza cuando quien amas es quien te está matando por dentro.
0 comentarios:
Publicar un comentario