Soul of music.
astrid.rhys.jones@hotmail.com
lunes, 12 de diciembre de 2011
Placentero desconcierto.
Este fin de semana me ha dado mucho sobre lo que pensar. En otras circunstancias habría entrado en fase de ataque de nervios muy pronto, pero conseguí controlarlo, consiguió que lo controlara. Curioso, muy curioso. Ahora solo me queda recuperar mi preciosa pulsera, cero valor monetario, mucho valor sentimental. Todavía me cuesta respirar un poco, pero creo que es más por el exceso de cafeína. Al fin y al cabo me he desahogado bastante con Ela, y en nada he quedado con Bucay, espero poder hablarlo con él. Todavía recuerdo cuando la vida era sencilla... qué tiempos, y ¡qué aburridos que éramos! No cambio ninguna de estas sensaciones -ni la angustia, ni la resaca, ni la falta de control, ni el control, ni nada- por nada del mundo. Me estoy volviendo una especialista en vivir.
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Retazos de una vida pasada, pero no por ello menos válido.
Que no te engañen. No existen los cuentos de hadas, las princesas viven en cuentos de terror. Cuentos donde nadie dice lo que piensa, ni hace lo que desea; sino lo que se supone que tiene que decir y hacer. Allí, los vestidos y zapatos son incómodos, no dejan correr; ni vivir en realidad. Los príncipes no son tan buenos y no protegen, solo aprisionan y ahogan. Los dragones a su lado son una bendición, y es que por lo menos a esos puedes odiarlos. Porque el problema comienza cuando quien amas es quien te está matando por dentro.
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