Total, a lo que iba. Ayer Edurne me contó su último plan maquiavélico-para-volver-loco-a-su-novio. Empezó comentándome: -Ay Astrid que ya no soy una ninfómana, he superado la fase de maniática sexual.
-¿Y eso?-Le pregunto mientras me río.
-Pues nada que el otro día empezó a meterme mano y tal... y cogí lo paré y le dije "¡No quiero hacerlo hoy, respétame como mujer!", y así lo tengo desde hace cinco días. Ahora casi me da miedo hacerlo con él, porque cuando me agarre me lo va a hacer por las cinco que nos hemos saltado-Se ríe mientras me lo cuenta. Me encanta Edurne, me parto con ella.
Pero ahí no acaba la cosa, y me sigue contando:
-Quizás mañana se lo merezca y lo hagamos, ¡pero la semana que viene se la voy a liar! Le voy a poner una peli de American Pie que siempre que la ponemos lo hacemos y me voy a negar.
-¡Qué mala eres!-Me río.
-Hay que ser firmes, esto lo aprendí de ti.-Me contesta.
Sí, sigue siendo muy pero que MUY insegura, sigue dudando a todas horas, pero va cogiendo confianza en sí misma, y lo que es más, ya se atreve a jugar con él así. Ha descubierto que más allá de que te regalen rosas y bombones, de que te lleven de la mano al baile, hay más cosas. Cosas como los juegos, el gato y el ratón, y el amor sin tapujos o tonterías. Sin esperar que sea todo de color de rosa, porque si lo quieres rosa te toca pintarlo a ti. Ninguna hada madrina lo va a hacer en tu lugar. Definitivamente, como maestra debo decir que Edurne progresa adecuadamente.

0 comentarios:
Publicar un comentario