Soul of music.


MusicPlaylistView Profile
Create a playlist at MixPod.com
astrid.rhys.jones@hotmail.com

jueves, 24 de junio de 2010

Mi frío corazón

Es la noche de San Juan. Una noche especial, mágica; se supone. ¿Lo ha sido realmente?

El nudo del estómago me disuadió de beber, quizás fue una señal. Así que me coloqué con Yara a base de porros. Sentía que volaba... hasta que me estrellé. Contra él. Contra el único que conseguía que me temblaran las piernas, contra el amor de mi vida, contra el tío que más dolor y felicidad me ha causado en la vida, contra el tío del que había dicho que me olvidaría.

Quería pensar que era fuerte, que podía resistirme, que podía decirle: "¡sal de mi vida cabrón!" Pero no. Demasiados años, demasiadas cosas vividas junto a él. Solo conseguí mantenerme seria y darle a entender lo mucho que puede joder que una persona tarde semana y media en contestarte un maldito mensaje.

¿Tienes que ser así de fría? Pregunta. Y a mí se me rompe el alma en pedazos todavía más pequeños, y me río. Por no llorar, claro. ¿Yo fría? Bah no, solo se me congeló el corazón de esperarte.

Se puso a discutir con Ela sobre el tema. Yo pasé y seguí con Yara. No quería acercarme a él, por si acaso.

Miradas cruzadas. Su grupo se iba, el mío se quedaba. Hizo amago de llamar a alguien en mi dirección, y yo justo me di la vuelta para mirar hacia allí. Casi chocamos, otra vez. Me miró, abrió la boca olvidándose de a quién iba a llamar, y me dijo si quería que quedáramos hoy.

No. Lo siento, estoy ocupada.-Le digo.

Me mira con resignación.

-¡Es verdad!-Me defiendo.

-Vale, vale-Dice lléndose.

Era verdad. Voy a estar ocupada el resto de mi vida; y es que todavía debo reunir los millones de pedazos de mi corazón roto y tratar de descongelarlo.

0 comentarios:

Retazos de una vida pasada, pero no por ello menos válido.

Que no te engañen. No existen los cuentos de hadas, las princesas viven en cuentos de terror. Cuentos donde nadie dice lo que piensa, ni hace lo que desea; sino lo que se supone que tiene que decir y hacer. Allí, los vestidos y zapatos son incómodos, no dejan correr; ni vivir en realidad. Los príncipes no son tan buenos y no protegen, solo aprisionan y ahogan. Los dragones a su lado son una bendición, y es que por lo menos a esos puedes odiarlos. Porque el problema comienza cuando quien amas es quien te está matando por dentro.