-¿No? ¿Y eso?
-No sé, nunca me han gustado. No van conmigo.
En realidad si sé por qué no me gustan. Son frágiles, se secan al poco tiempo; y si son rosas, encima pinchan.
Prefiero palabras, caricias. No un recuerdo ni un símbolo de un amor, una amistad,... Sino un presente de todos ellos. Vale miles de veces más, y el recuerdo perdura en la mermoria por siempre.
Por eso, regálame un beso, una sonrisa, una caricia, un saludo, un cigarrillo cuando veas que voy a morderme las uñas. Pero nunca flores, nunca algo que acaba muriendo.

0 comentarios:
Publicar un comentario