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astrid.rhys.jones@hotmail.com

lunes, 26 de abril de 2010

Soluciones al calor

Aunque estamos en abril para mí ya estamos en verano. Ni primavera ni otoño. El año se divide en verano y en invierno, punto. La cuestión es que hoy uno de esos días en los que desearía estar de vacaciones para tumbarme en la playa al sol mientras me achicharro o pegarme un baño mientras babeo con los surfistas.

Pero como todavía me quedan unos cuantos días que tachar del calendario para tan esperado momento me tengo que conformar con pegarme una ducha rapida y salir al balcón a que me de un poco el sol mientras me fumo el cigarro de media tarde.

Después no queda otra que ponerse con todo el trabajo acumulado que he ido dejando desde que mentalmente empecé el fin de semana el miércoles pasado. Pero es que a una ya no la dejan ni trabajar, no. Es sentarme y el ordenador parece que echa humo. Empiezo a revisar el correo, algunos mensajes los leo y contesto, y otros los borro sin haberlo leidos siquiera. Pero soy una maniática, y cuando tengo el ordenador encendido el msn, tuenti y facebook quedan encendidos también. Y parece ser que hoy todo el mundo ha decidido que tiene algo interesante que contarme. Ya no sé ni a quién ni qué contesto. Pero la ventaja de ser mujer es que somos multitarea: podemos reirnos del chiste estúpido de un tío al mismo tiempo que buscamos la salida del bar que esté más cerca. Y de igual manera, somos capaces de dedicarnos a lo nuestro y mantener veinte conversaciones en linea.

Y por qué no. También veintiuna. Porque en una de éstas; vía messenger, mi forma preferida porque es la que más posibilidades da, me abren otra. Y ahí está. El sexo hecho hombre. Mi antiguo juguete. "Bah" pienso "así me entretengo un rato" (porque sí, soy capaz de aburrirme teniendo veinte conversaciones abiertas y horas de trabajo acumulado). Así que le contesto su saludo pensando en lo bien que me lo pasaba yo jugando con él, rememorando sus múltiples atributos... "¿Por qué lo dejé en la caja de los kens descatalogados?" me pregunto. La pantalla de la conversación se vuelve a poner en naranjita, la abro, leo su última gracia y entonces lo recuerdo: "ah sí, porque es imbécil."

Pero parece que el tío se esfuerza. Así que como recordar viejos tiempos no hace daño a nadie, le sigo el rollo y el tema se empieza a calentar. Ni siquiera ante mi negativa a poner la cam se desanima (primera regla al conversar por msn: la cam solo se pone si también te la ponen. Con contadas excepciones, y hoy él no es una).

Y ahí sigue dándome algo de conversación insustancial. No le estoy haciendo mucho caso pero empiezo a cuestionarme mi política de "imbéciles no". Ya ni siquiera lo parece tanto. Se me aparece el recuerdo de varios de nuestros encuentros borroso... borroso por el alcohol de esas noches, no porque no lo recuerde. Y él echa más leña al fuego mencionándolo. Joder, para qué negarlo, fue divertido; y así se lo suelto.

Ya no puedo concentrarme. Dejo el trabajo, me echo hacia atrás en la silla y cierro los ojos mientras sonrío rememorando su... emm, su anatomía. Le digo que vuelvo en dos minutos y voy al balcón. Enciendo un piti y le doy un par de caladas. Sigue haciendo un calor tremendo para ser abril. Vuelvo al ordenador.

"No puedo ir ni a la playa ni a la piscina... Y yo con este calor. Joder, definitivamente, algo tendré que hacer para solucionarlo" pienso mientras sonrío y le escribo alguna tontería por el msn.

Sí, todos los juguetes se vuelven a poner de moda en algún momento. Aunque sea por no pasar ya más calor del que impone el tiempo.

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Retazos de una vida pasada, pero no por ello menos válido.

Que no te engañen. No existen los cuentos de hadas, las princesas viven en cuentos de terror. Cuentos donde nadie dice lo que piensa, ni hace lo que desea; sino lo que se supone que tiene que decir y hacer. Allí, los vestidos y zapatos son incómodos, no dejan correr; ni vivir en realidad. Los príncipes no son tan buenos y no protegen, solo aprisionan y ahogan. Los dragones a su lado son una bendición, y es que por lo menos a esos puedes odiarlos. Porque el problema comienza cuando quien amas es quien te está matando por dentro.